Capitulo 8.
"Me hice tratar de no involucrarse"
- ¿En realidad? Oh, y levanta los brazos, por favor.
La brecha entre el rostro de Heimdahl y el mÃo disminuyó.
- Disculpe, pero .... ¿no está demasiado cerca?
Para mÃ, esta era una distancia normal, asà que no me molestó, pero él parecÃa tener una opinión diferente.
- ¿Hay algún problema con la proximidad de un médico y un paciente?
Su rostro, que me habÃa estado mirando, enrojeció levemente.
¿Era obvio por su tez blanca pura?
Curiosamente, el enrojecimiento manchó su piel e hizo resaltar sus venas azules.
- Lo siento. Me sentà incómodo allÃ, por un momento ...
SÃ, me dan ganas de escuchar qué tipo de cosas perturbadoras están sucediendo allÃ.
Mis ojos se sintieron atraÃdos por las bonitas escondidas detrás de sus lentes. Brillaban como zafiros. Ojalá no estuvieran escondidos detrás de estos lentes.
Y no solo eran bonitos, sino también misteriosos.
Asi que no le gustó nada cuando parpadeó inocentemente.
Recuerdo una lÃnea del libro que decÃa que era obsesivamente ascético, casi como un sacerdote.
"En el futuro, la imagen de este hombre cambiará por completo, pero todavÃa no está allÃ"
Y era mejor evitar a este hombre por la noche tanto como fuera posible.
Como dije, su personalidad puede cambiar dramáticamente. No querÃa tener que lidiar con un villano loco.
- Oye, me gustarÃa pedirte un favor.
Heimdahl se estremeció notablemente cuando me volvà para hablar con él.
- ¿Qué es?
- ¿Puedo tocarte?
- ¿E-eh? ¡Creo que no te escuché bien!
- Mis poderes solo pueden curarte cuando tocan tu piel. Me gustarÃa pedirle su comprensión de antemano.
- Ah ....
Solo entonces el hombre asintió, cubriéndose el rostro avergonzado.
¿Por qué empezó a ponerse rojo cuando ni siquiera lo he tocado todavÃa? ParecÃa demasiado avergonzado.
- ... Lo siento. No estoy acostumbrado a las mujeres, asà que ten paciencia conmigo.
- Perdóneme.
Con el permiso finalmente concedió, coloqué suavemente mi mano sobre el cuerpo del hombre pálido.
Heimdahl se estremeció en el momento en que mi mano tocó sus abdominales, sus músculos temblaron.
Pasé mi mano suavemente sobre la herida.
Tal como estaba, la piel blanca parecÃa estar hecha como una estatua de mármol.
Cada uno de los músculos individuales se podÃa nombrar y sentir claramente.
"Wow ... Tiene un gran cuerpo."
Resistà la tentación de tocar la misma área dos veces.
Aunque estaba en un ángulo en el que Heimdahl no podÃa verlo, habÃa una pequeña gema blanca en mi palma.
Mientras me concentraba con los ojos hacia abajo, una luz blanca pronto fluyó desde la parte inferior de mi mano.
- Esto va a doler un poco.
- ... ¿Perdón?
- Por favor, no llores.- sonreÃ.- Parece que estás a punto de llorar.
- ... Por favor no te burles de mi.
Aunque lo dije de una manera juguetona, se veÃa un poco estupefacto. Pronto, su rostro se sonrojó bajo sus ojos.
La luz fluyó hacia la herida. Después de algunas repeticiones, a Heimdahl no le quedaron heridas en el cuerpo.
Para limpiarlo y no dejar heridas. Esa era mi habilidad.
- ¿E-Eres un sanador?
- No. Lo hago ilegalmente.
- ... ¿Perdón?
- Te estoy diciendo que no le digas a nadie. Si lo hacer probablemente me maten.
Sonreà mi abrà mi mano.
- Usted sabe que el Templo tiene una ley especial.
- ... SÃ. Conozco al respecto.
La gente de este paÃs no puede permanecer en la oscuridad sobre este tipo de cosas.
- Es un mundo en el que no se pueden tratar las cosas descuidadamente sin calificaciones.
Una pequeña perla salió de mi mano.
Cuando lo sostuve por primera vez, tenÃa aproximadamente dos dedos de largo. Ahora es 1/3 de ese tamaño y el color es turbio.
Por supuesto, se ha construido con un "hechizo".
- Sabes que hacerse pasar por un sanador puede resultar en la muerte, ¿verdad?.- dije con una sonrisa brillante.- El Templo es mas sensible a la personificación de un sanador, solo superado por los paganos. ¿Sabes que? ¡Ambos son castigados con el corredor de la muerte! Quemado o colgado, esa es la diferencia.
No perdà la sonrisa y me corté el cuello con los dedos.
- Morir es bastante doloroso.
Si, si me acusas te mataré.
- Y los rumores dicen ... que también cortan sus lenguas.
¡Incluso tu lengua recibirá la pena de muerte!
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