Capitulo 24
“Las flores se mezclaron con Rituna fresca."
La molestia de Karloi pronto fue reemplazada por vergüenza. Miró a Yvonne.
"Lo dejé en el dormitorio sin saberlo. Asà que no pude venir porque me sentÃa mal. No creo que pienses que fue a propósito, pero..."
"No... Entonces, ¿por qué no lo revisaste un poco más de cerca? Sin siquiera comprobar que no era tan bueno para tu cuerpo."
Yvonne pensó que podrÃa haber agarrado a Karloi por el cuello si hubiera tenido un poco de razón.
¿Es tan difÃcil pedir perdón?
"Y no puedo comer melocotones. No se adaptan a mi cuerpo, asà que si como algo incorrecto, tengo problemas para respirar".
Karloi escuchó a Yvonne y miró los platos sobre la mesa. Era casi un plato con temática de melocotón. El aperitivo estaba lleno de melocotones gracias a Karloi, a quien le encantan los melocotones.
En defensa, no habÃa cosas que Yvonne no pudiera comer que se sirvieran en la mesa cuando estaban juntas en el palacio de la Emperatriz para comer. No, de hecho, era un hecho que podÃa saber si acababa de ver a Yvonne al menos una vez en un banquete.
Incluso los nobles que coquetearon con Yvonne por un momento sabÃan que la Emperatriz odiaba los melocotones.
PodrÃa haber pasado con las flores de Rituna, pero se ofreció a comer un durazno también, por lo que pudo haber pensado que desde el punto de vista de Yvonne, Karloi estaba decidido a acosarla.
"Ja..."
Karloi suspiró. Su cabeza estaba agitada por la situación que no iba como él querÃa, pero simplemente se movió.
Como no han hablado, es natural que no sepa nada sobre Yvonne.
¿Cómo podrÃas decÃrtelo a ti mismo?
Sin embargo, la sensación de que algo le atravesaba el pecho era desagradable.
‘No hice nada malo, pero ¿por qué me siento asÃ? Todo el tiempo que estuve con Yvonne, todo lo que pasó por su culpa fue simplemente molesto y agotador’.
"¿Por qué le pasan tantas cosas malas a la Emperatriz? Deshazte de todo esto y sÃrvele comida nueva".
Aunque no habÃa irritación en la voz grave de Karloi, podÃa sentir su disgusto por el leve suspiro que fluÃa como palabras.
Yvonne lo notó y de repente se sintió avergonzada. Sus ojos estaban frÃos ya que ella, al menos, no tenÃa la culpa por tal cosa. Ella era bastante tolerante con que él se enojara abiertamente con ella.
Cuando dijo que estaba preocupado por ella cuando fue envenenada, debe haber sido pura mentira.
"¿Todas esas cosas se parecen al Duque?"
La intención de la pregunta, que Karloi murmuró para sÃ, era tan descarada que todos los que estaban en el asiento miraron al Emperador y a la Emperatriz. Fue una pregunta que se sintió como una crÃtica.
Yvonne se mordió los labios, jugueteando con sus brazos que estaban cubiertos con su ropa, ya que las cicatrices de su cuerpo no desaparecÃan.
Su condición era miserable. Se convirtió en hija de un Duque al que odiaba, por lo que llevaba las malditas cicatrices que le dejó el Duque, y estaba harta de tener que volver a escuchar al Duque delante de Karloi.
Ella tampoco se entendÃa a sà misma. No pasó uno o dos dÃas desde que enfrentó el tratamiento frÃo de Karloi, pero no podÃa entender por qué tenÃa ganas de llorar. Estaba claro que su cuerpo envenenado aún no se habÃa recuperado.
"Su Majestad."
Ojos indiferentes y secos tocaron su silenciosa llamada.
"...Si no te gusto, aléjate como si no estuvieras ahà como antes. Llamándome asà en persona y condenándome por algo que no es mi culpa..."
Su garganta se secó por lo que sus palabras se volvieron borrosas.
Apenas terminó lo que estaba a punto de decir porque en el fondo no quiere llorar delante de Karloi. Si sigue cerrando los ojos, cree que le saldrán lágrimas, por lo que Yvonne abrió más los ojos y miró hacia adelante.
"Emperatriz."
Karloi llamó a Yvonne con cara de confusión. Los ojos verdes sin vida de Yvonne brillaron con agua. Por mucho que no lo supiera, sabÃa que era el rostro de una persona a punto de llorar.
Esta es la primera vez en su vida que lo vio, por lo que se tragó las palabras que salieron sin saber qué hacer.
"No es que odio a la Emperatriz..."
Mucho después, cuando Karloi volvió a abrir la boca en voz baja, no pudo terminar su discurso. Porque las lágrimas finalmente habÃan caÃdo de los ojos de Yvonne.
No es que fluyeran muchas lágrimas. Sólo hubo una gota. Pero Karloi de repente se atragantó y no pudo hablar.
"...Lo siento. TodavÃa no me siento bien después del veneno".
Yvonne se secó rápidamente los ojos con un pañuelo.
PodÃa sentir que lo que Karloi acababa de decir era mentira. Solo pasó un año cuando él le dijo despiadadamente que querÃa deshacerse de todas las personas que tenÃan la sangre de Delua en sus venas.
Sus palabras, aparentemente falsas, apuñalaron a Yvonne sin dudarlo.
QuerÃa suicidarse porque habÃa mostrado tanta emocion delante de Karloi. Y al ver la expresión de Karloi, se volvió más oscura.
‘¿Qué diablos es esa estúpida expresión?’
"No estoy haciendo esto porque odio a la Emperatriz".
En lugar de repetir las mismas palabras otra vez, Karloi suspiró y se barrió la cara. ParecÃa cansada y molesta, e Yvonne volvió a tener sed.
"...No importa."
Al final, Karloi no pudo terminar la declaración y recurrió a la respuesta para no molestarse.
Él mismo sabÃa que era una mentira muy obvia, por lo que no volvió a decir palabras vacÃas para mantener su disgusto hacia Yvonne. En cambio, simplemente dijo para qué se habÃa estado preparando.
"Simplemente decidà separar al Duque y la Emperatriz. El hecho de que seas la hija del Duque... Eso no es tu culpa".
No hablaba en serio. Karloi todavÃa odiaba a la hija del duque de Delua. Odiaba su apariencia y arrogancia que se parece al Duque. Probablemente fue porque era mentira lo que lo hacÃa sentir tan incómodo.
Yvonne intentó responder, pero volvió a morderse los labios porque no podÃa hablar con facilidad. Yvonne apenas asintió, sin tener idea de qué responder.
Nuevamente se escuchó el único sonido de platos colocados sobre la mesa, donde solo fluÃa la incomodidad.
"¿Recibiste las Lágrimas de Lobo?"
Karloi habló en voz baja mientras sólo escuchaba el sonido de los platos chocando.
Yvonne, sin darse cuenta, miró su cuello con otro collar colgando de ella. Fue entonces cuando Yvonne se dio cuenta de que solo recibió el collar pero no envió ninguna respuesta a Karloi.
"Ah, sÃ."
No habÃa nada más que decir. Aún asÃ, a Yvonne le resultó incómoda alargar sus palabras. Porque ella misma se permitÃa muy pocas palabras.
Karloi volvió a suspirar como de costumbre porque estaba cargado. Pero él mismo necesita mejorar esta relación. Incluso si no es cierto.
El plan de hoy se arruinó. De flores Rituna a Melocotón. Nada Funciono.
"DeberÃa haberlo dado hace mucho tiempo, pero lamento llegar tarde".
Mientras Yvonne lo miraba con cara de sorpresa, Karloi volvió a sentirse más confundido. ¿PodrÃa ser que la disculpa de uno fuera tan impactante? Esta fue la primera vez que vio que las expresiones faciales de Yvonne cambiaron tanto después de su matrimonio.
"Creo que es mi indecisión el no haberte tratado como a la Emperatriz. Estoy tratando de compensar lo que me ha faltado hasta ahora, asà que por favor tómalo con generosidad".
A Yvonne se le ocurrió una respuesta formal de que estaba bien después de luchar por corregir su rostro avergonzado.
"Si está bien, entonces está bien tener tiempo como este regularmente en el futuro. Intentaré verte asà a menudo".
Tan pronto como Yvonne respondió, Karloi escupió palabras aún más impactantes, como si hubiera esperado.
"Ah, sÃ..."
Al escuchar la respuesta de Yvonne en el rostro, Karloi sonrió. Para ser natural, era una sonrisa que parecÃa precisa como si estuviera dibujada.
Al ver esa sonrisa, Yvonne sintió frÃo en la punta de los dedos. Como si alguien les hubiera echado agua frÃa.
"Entonces estoy algo ocupada, asà que me levantaré primero. Tómalo con calma y vete, Emperatriz".
Karloi se levantó con ligereza y mantuvo una sonrisa pintoresca. La aparición del Emperador desapareciendo con los siguientes sirvientes era bastante familiar. Solo el lugar cambió, pero Yvonne estaba familiarizada con él.
Karloi no ha cambiado en absoluto.
Yvonne le dio fuerza a la mano que sostiene el cuchillo porque ya no podÃa evitar que sus lágrimas se derramaran. Le temblaban las manos sin ayuda.
***
Después de regresar a su oficina, Karloi buscó al sanador en el Palacio Imperial. El médico entró con cara extraña para ver al Emperador.
"Bueno, Su Majestad. ¿Dónde se siente mal?"
"Usted, como médico, deberÃa saberlo. Me siento incómodo, pero no sé por qué".
Sin embargo, el cuerpo de Karloi estaba muy sano. Gorten ayudó al médico en problemas.
"Su Majestad acaba de llegar después de una comida muy incómoda".
"Ah, ¿sientes náuseas?"
El médico gritó con el rostro brillante como un estudiante que habÃa descubierto la respuesta. Karloi pensó que los sÃntomas eran un poco diferentes a los pretendidos, pero no estaba seguro asà que simplemente cerró la boca.
"Si tomas este medicamento, funcionará de inmediato. No es gran cosa porque no es muy útil, pero es una cura perfecta para la congestión".
Karloi bebió la medicina que le dio el médico con cara de orgullo.
Después de aproximadamente un minuto, el médico preguntó con una sonrisa.
"¿Estás bien?"
"Deja de mirar y lárgate ahora".
"¿SÃ? ¿Estás bien?"
"...Por eso te digo que salgas."
El médico acaba de decir que los sÃntomas de fatiga excesiva debido al trabajo pueden aparecer a menudo. Simplemente le dijo que no trabajara demasiado y luego salió de la oficina con sus medicamentos.
Preguntó Gorten, mirando a los ojos de Karloi, quien todavÃa parecÃa incómodo.
"¿Estás bien?"
"No, en absoluto."
"Entonces dÃselo al médico de esa manera".
"Está bien. No está tan mal."
No fue grave, pero sà molesto. Desde hace un rato, su estómago seguÃa murmurando. No tenÃa ganas de vomitar.
‘¿Qué fueron esas lágrimas?’
Tan pronto como recordó el rostro de Yvonne, Karloi volvió a suspirar.
Cuando Yvonne derramó lágrimas, el rostro, que él pensaba que se parecÃa tanto al duque, se veÃa completamente diferente. Era como si ella fuera una persona diferente. Cuando vio esa expresión, no pensó en el Duque, sino en otra persona.
Lou.
En el momento en que recordó el nombre, le resultó difÃcil volver a respirar.
"Realmente necesito descansar un poco. Como dijo el médico, el trabajo en el palacio es pesado, asà que supongo que me afectó la cabeza".
Lou y la Emperatriz eran diferentes de pies a cabeza. No habÃa un solo rincón donde se vieran iguales. No importa cuánto anhelara a alguien, ¿cómo podrÃa ese alguien proyectarse en una persona completamente diferente? Eso es ridÃculo.
Estos dÃas, el pasado le viene cada vez más a la mente.
"Gorten, ¿hay algo que haya enviado Asher?"
"SÃ. La última búsqueda que se envió hace un mes ya terminó. Es peligroso enviar algo prematuramente de Bernie. Pero dijo que prometió regresar a Croisen lo antes posible".
Asher era un Ganja* enviado por Karloi al Reino de Bernie.
(N/T: Supongo que debe ser una especie de espia, ya que le envÃa informes de personas que Karloi tiene vigiladas.)
"Ha pasado mucho tiempo desde que Bernie estuvo callado. ¿Qué te preocupa?"
"Bernie sigue siendo Bernie, pero pedà uno por separado".
Karloi golpeó inconscientemente su todavÃa incómodo estómago. Se comprometió a no esperar nada, pero sin falta, una leve expectativa lo invadió incómodamente por dentro.
Sentiendose un poco más confundido con las emociones no deseadas que vagan por ahÃ, Karloi tomó otro medicamento que no tuvo ningún efecto.
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