Capitulo 38
Entonces otra vez. A menos que esté teniendo un tiroteo
con Rüdiger desde lejos, fue casi imposible enfrentarlo uno a uno.
Dado que Rüdiger tenÃa experiencia
en la lucha con espadas y sus puños, asà como con pistolas.
"Y viendo lo bien que me
responde, supongo que también es bueno peleando con sus palabras".
Cuando Rüdiger se dio cuenta de
que el asesino escapó, se fue al pasillo para perseguirlo.
Mirando brevemente su expresión,
estaba decidido a matar al asesino.
No puedo permitir que eso suceda. Hay una razón por la que sufrà todo
esto.
Me levanté mientras contenÃa el
dolor de mi brazo.
Fue algo más manejable después de
intentar decirme a mà mismo que no es tan doloroso.
Y por si acaso, no me olvidé de
dejar un comentario para Luca,
“No es tan malo como piensas, asÃ
que no te preocupes. Quédate... Quédate
quieto. ¿Bien?"
Luego me tambaleé hacia Rüdiger.
Mi movimiento casi se parecÃa al
de un zombi.
“¡¿TÃa, a dónde vas?! ¡Es peligroso!" Luca se apresuró a detenerme.
No podÃa permitirme el lujo de que
me contuvieran, asà que hice todo lo posible por escapar del agarre de Luca. Cuando salà de la cabina de esa
manera, fui recibido por el pasillo en ruinas.
Sin darse cuenta de lo que sucedió
en ese corto perÃodo de tiempo, la gente gritaba, se encogÃa de miedo y se
acurrucaba hacia las ventanas.
HabÃa personas que intentaban
escapar arrastrándose por el suelo como si fueran a ser alcanzadas por las
balas voladoras, y habÃa miembros de la cabina que sangraban después de
intentar detener al asesino.
Era obvio hacia dónde se dirigÃan
Rüdiger y el asesino.
Me dirigÃa en la dirección opuesta
a donde se escapaba toda la gente.
Como esperaba, al llegar al
próximo automóvil de pasajeros, vi la ancha espalda de Rüdiger.
Apuntaba hacia el asesino.
La distancia entre ellos no era tan grande. Cuando
se trataba de las habilidades de disparo de Rüdiger, era un hecho que acertarÃa
en su objetivo.
Levanté la voz y grité.
“¡Sir Rüdiger! ¡No lo mates! ¡Tienes que atraparlo vivo para ver
quién está detrás de esto!"
Sorprendido por mis gritos,
Rüdiger miró hacia mÃ.
"¡Por qué estás aquÃ…! ¡Regresa!"
“¿Por qué es tan importante ahora? ¡Está escapando de nuevo!"
En respuesta a mi insistencia,
parecÃa que Rüdiger querÃa decir algo, pero disparó sin apuntar.
Mientras pensaba en por qué harÃa
algo tan peligroso, se las arregló para disparar con precisión la pierna del
asesino.
Como si estuviera mostrando un acto increÃble, mi boca se quedó boquiabierta y
miré a Rüdiger.
¿Tiene ojos en la nuca…?
No importa, me alegré de que el
asesino no muriera. Suspiré de
alivio.
Sin embargo, todavÃa era demasiado
pronto para mantener baja la guardia.
El asesino siguió huyendo con la
pierna cojeando detrás de él cuando pensé que se habÃa caÃdo.
Casi me impresionó su tenacidad y esfuerzo.
Rüdiger apretó el gatillo una vez
más, pero no disparó ninguna bala. Esa
bala en su mano debe haber sido la última.
Si ese fuera el caso, ¿disparó el
último sin siquiera mirar? ¿De
cuánta confianza está desbordando esta persona?
Chasqué mi lengua.
Mientras tanto, el asesino abrió
la puerta del automóvil de pasajeros e intentó escapar al siguiente automóvil.
¡No! ¡No puedo dejar que se escape asÃ...!
Presa del pánico, comencé a buscar
algo que pudiera detener al asesino.
Noté un carrito de servicio
vertical cerca.
El carrito se veÃa desordenado como si hubiera sido abandonado mientras se
dirigÃa hacia el vagón comedor.
Entre las bandejas de comida arruinadas, encontré un pimentero.
¡Bien, eso es todo!
Cogà directamente el pimentero.
Casi me alegré de que la espada me
lastimara el brazo izquierdo.
Sostuve el pimentero con suavidad. No era redondo, pero el agarre en mi
mano no estaba mal.
Practiqué lanzando el agitador
varias veces al aire para sentirlo.
Mi brazo izquierdo también
temblaba con un dolor agudo, pero mientras miraba al asesino escapando, el
dolor casi desapareció, como si lo hubiera olvidado.
Solo asÃ, arrojé el pimentero,
apuntando a la parte posterior de la cabeza del asesino.
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