Capitulo 2.
Era la misma madre que habÃa sido envenenada y murió de un infarto. Era una hermosa mujer y muy elegante que cautivó el corazón de muchos nobles con sus labios más rojos que las rosas y su sensual cuerpo. Por supuesto, ahora era muy joven y animada mientras regañaba a Aria para mantener sus modales en la mesa. Era el mismo instinto maternal que resonaba dentro de ella desde que tuvo un hijo.
Aria pensó que estaba en el comedor, un lÃo de carne ensangrentada estaba esparcido por todo su plato, mientras que la ensaladera estaba vacÃa, su contenido se encontraba en toda la mesa.
"No he cometido tal acto desde mi decimosexto cumpleaños, cuando fui muy humillado"
Aria miró sus manos. Eran pequeñas y lisas. Tampoco quedaban cicatrices de cuando le arrojó una botella de vidrio a Mielle.
Esa fue la primera vez que cometió un acto tan violento contra Mielle, lo cual sucedió cuando tenÃa quince años. En ese momento, la botella llena de agua fue demasiado pesada para que una chica tan frágil la tirara con facilidad. Al final, la botella no se dirigió a Mielle, sino a los pies de Aria.
Cuando la botella se rompió, las piezas afiladas hirieron la parte superior de sus pies y también sus manos, lo que provocó que Aria abandonara la Mandión llorando. El principal instigador de eso habÃa sido Mielle, no, habÃa sido la doncella de Mielle la que habÃa provado que se hiciera daño.
"No tenÃa ni idea de que todas esas personas eran informantes de Mielle."
La sirvienta que la habÃa ayudado con los métodos para dañar a Mielle finalmente confesó que todos esos incidentes habÃan sido tramados por la villana, junto con todos los pecados que cometió. Por haberle confiado todo a la doncella que la habÃa complacido, la ingenua y tonta hija de una prostituta tuvo un final muy miserable.
"No puede ser ..."
Aria se despertó a la increÃble posibilidad de que podrÃa haberse convertido en realidad y miró hacia arriba y alrededor. Al igual que todos eran pequeños y jóvenes, ella también.
"¡Estoy Viva .....!"
No fue un sueño ni una alucinación. El dolor de la herida que dejó el vaso de vidrio que se cayó lo confirmo. Bajó la mano, se tocó la pierna y descubrió que estaba un poco húmeda. Comprobándolo con sus propios ojos, encontró sangre roja. La criada, que estaba limpiando el piso, lo notó, haciendo que su rostro se oscureciera mientras se inclinaba apresuradamente.
- ¡¿Aria?!
Era su madre, que estaba sentada a su lado, por lo que Aria se tragó el aliento y pusó su expresión de asombro. Las manos de Aria temblaron. TenÃa los labios resecos y el rostro desprovisto de vida.
Una sala de miradas frustradas se dirigÃan hacia ella, quien miró sus manos sin comprender. Pronto, esa niña vulgar levantarÃa la voz y gritarÃa, ese era el futuro que todos sabÃan que sucederÃa. No habÃa ni un toque de simpatÃa por Aria, en quien todos habÃan perdido la fe.
Aria cerró los ojos en silencio. Reflexionó por un momento sobre las opciones que se le presentaban. Levantó los ojos y se enderezó el rostro, habiendo decidido lo que harÃa.
- Jessie, dame tu pañuelo. Creo que me he lastimado la pierna, asà que te pediré que me trates. Pido disculpas, pero creo que tendré que terminar mi comida más tarde.
Fue una respuesta tranquila que traicinó las expectativas de todos sobre la elección de gritos que deberÃa haber lanzado Aria. Le quitó el pañuelo a su doncella y se secó la mano, dejando una nota de disculpa por causar un alboroto a la hora de comer. Esa reacción totalmente inesperada de ella, dejó a todos sin habla y congelados.
Aria, que estaba siendo asistida por Jessie en su habitación, podÃa sentirse joven. A medida que crecÃa, habÃa cambiado todos los muebles y decoraciones de su habitación en artÃculos de lujo de alta calidad, colgando las joyas que habÃa comprado por todas partes para presumir.
Aunque su habitación ahora se sentÃa lujosa, no tenÃa ningún artÃculo de lujo importante ya que habÃa sido decorada por un noble adolescente inmaduro. Ella miró su pierna y vio a Jessie vendando su herida.
Aunque Jessie habÃa estado del lado de Mielle, todavÃa la habÃa desanimado ligeramente de la serie de fechorÃas que habÃa cometido. Aria recordó cómo le habÃa cortado el pelo y la lengua a Jessie y le habÃa quemado la mano en el establo, porque no le gustaba que se le opusieran. Esa misma Jessie habÃa aparecido aquà totalmente bien mientras atendÃa su pierna.
" ... Era solo Jessie. Ella fue la única sirvienta que intentó evitar que intentara mis malas acciones ... No deberÃa haberla echado."
Cuando entró por primera vez al condado, todos los nobles y doncellas la habÃan comparado con Mielle, inculcándole celos.
"- ¡Estoy seguro de que Aria puede hacerlo mucho mejor! Es seguro que la señorita Mielle utilizará algunos métodos clandestinos, ¿verdad?"
La estúpida e ingenua Aria, sin saberlo, se habÃa unido a las doncellas que le habÃan hablado con dulces palabras y le habÃan sido asignadas por Mielle, y no habÃa podido superar esos celos y finalmente murió de una muerte miserable.
Sin embargo, ahora era diferente. Una persona que sabÃa que habÃa una trampa no caÃa en ella. Más bien, la persona pagarÃa el costo de construir esa trampa.
Y el que habÃa tendido una trampa era el diablo entre las mujeres malvadas, el que llevaba la máscara de santo.
Su hermanastra, Mielle Roscent.
"Nunca te perdonaré"
Se habÃa prometido a sà misma que nunca perdonarÃa a esa perra incluso si su cuerpo fuese arrojado a las llamas.
Quizás fue por su regreso al pasado, pero el cansancio la abrumaba. QuerÃa acostarse a descansar de inmediato. Aunque habÃa considerado a la ligera que todas esas bendiciones podrÃan disiparse y ser reemplazadas por una pesadilla, no pudo soportar la fatiga que le sobrevino. Rezó para no despertarse si esa era la última vez que podrÃa dormir. Ese fue su último deseo y esperanza, que provino de alguien que habÃa vivido su vida lleno de celos.
- Jessie, quiero acostarme en la cama.
- Si, señorita.
Jessie la puso en pijamas y la ayudó a descansar en la cama. Hasta entonces, habÃa recordado ligeramente sus acciones en la mesa, pero en ese momento, era como si hubiera perdido toda su fuerza por otra cosa.
" ... ¡¡¿Qué es esto?!"
Con la ayuda de Jessie, habia doblado la manta hacia atrás y comenzó a meterse en la cama, pero después de sentir una sensación extraña y áspera, rápidamente sacudió la pierna y se levantó de su lugar. TenÃa una expresión de asombro en su rostro, incapaz de comprender por qué esa manta suave y sedosa podÃa despertar ese extraño sentimiento.
- ¡Jessie! ¡Date prisa y revisa rápidamente debajo de mi manta!
Dudando si Mielle pudiera haber planeado algo contra ella, Jessie siguió las órdenes de Aria. La sorpresa se apoderó de su rostro luego de que rápidamente tiró de las sábanas. Granos de arena esparcidos por el suelo y fragmentos de vidrio entre ellos. La pieza más grande, con forma de X, claramente de un reloj de arena.
Después de confirmar esto, Jessie se apresuró a inclinarse hasta el suelo y admitió el crimen.
- Antes de que empezaras a comer, yo ... limpié la cama, ¡pero no sabÃa que habÃa cristales esparcidos por aquÃ! Señorita, ¡lo siento mucho!
Su cuerpo temblaba furiosamente mientras se tumbaba boca abajo en el suelo. Era como si estuviera esperando que se le presentara un estallido de ira, sobre todo porque seguÃa admitiendo el crimen a todo pulmón.
Los ojos temblorosos de Aria se volvieron hacia Jessie por un momento antes de regresar al reloj de arena. Cogió el reloj de arena roto con suavidad con las manos. Era algo que nunca habÃa visto antes, pero se sentÃa muy familiar, aterrador, y sin embargo, precioso.
"¡Quizás!" TenÃa el presentimiento de que podrÃa no haber sido una coincidencia. "¡SÃ! Todo esto es sin duda una señal de Dios. ¡La voluntad de Dios para salvar a una pobre niña que se arrepintió de su tonto pasado después de haber sido engañada como una tonta!"
¡Todo fue para librarla de las garras del mal que la habÃan llevado al abismo! Y debe haber sido con la ayuda de Dios que pudo mantener todos sus recuerdos intactos, para que la venganza fuese posible.
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