Capitulo 7.1
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Después de ser regañado hasta el
punto de las lágrimas por Erdos porque me sacaron sin un
guardaespaldas adecuado, Eryte fue puesto bajo arresto domiciliario en su
propio Palacio. No pensé que nos atraparÃan, pero no esperaba encontrar
a Erdos esperándonos en la habitación.
Por supuesto, Eryte no sucumbirÃa
a tal castigo, pero al menos no podrÃa irse tan fácilmente mientras
estaba bajo vigilancia. Yo caminaba por el jardÃn después
de mano que sujeta la cena del Erdos.
“Rosiane, no es seguro ahÃ
fuera. No vuelvas a salir asà nunca más, ¿entiendes?”
Durante la hora de nuestra
caminata, Erdos me estuvo explicando los peligros del mundo exterior.
Justo cuando me estaba cansando
de eso, Erdos hizo una sugerencia completamente impactante.
“Si quieres salir y mirar a tu
alrededor, iré contigo. Tu cuerpo es un poco más fuerte ahora, puedes
expresar tu deseo".
Durante una hora, Erdos habló de
ir de incógnito con él. En realidad, no tenÃa ninguna intención de mirar
hacia afuera. Acabo de ir a lo largo de su lugar compulsión de
Eryte para descansar.
Sus pensamientos
fueron naturalmente ignorados, ya que necesitaba mantener el concepto de
"un niño que todavÃa no puede hablar". Finalmente, para mi
disgusto, se programó mi primera salida con mi padre sin saber la fecha
exacta.
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El otoño y el invierno en este
extraño mundo pasaron en un instante. Antes de darme cuenta, habÃa pasado
un año y era primavera.
De repente me desperté en medio
de la noche, mi abuela se sentó tranquilamente en el suelo. Mi mente
todavÃa estaba atrapada en un sueño, me dejó aturdido. Por primera vez
desde que llegué aquÃ, soñé con el pasado. Fue un sueño de
cuando era niño.
La habitación estaba tenuemente
iluminada con bombillas incandescentes y habÃa algo lúgubre en ella. Hubo
un leve olor a humedad que golpeó mi nariz. Era el
olor que emitÃan las paredes húmedas cuando llovÃa. HabÃa insectos que salÃan
periódicamente de las alcantarillas, pero no importaba cuánto
insecticida se rociara. Fue ineficaz, asà que finalmente nos
dimos por vencidos. Siempre que llovió mucho, no habrÃa tanta
agua que se empapaba todo. De vez en cuando, la luz se irÃa, y en
ocasiones el agua se cortó. Fue bastante normal que el gas se
detenga. En esos momentos, mi abuela sacaba el arroz y el kimchi que habÃa
en la olla arrocera cuando se cortaba la
electricidad. Si no comÃa, me gritaba.
'¡Te morirás de hambre!'
Este era el mundo donde
vivÃamos mi abuela y yo. Un lugar donde no brillaba la luz.
Pensé que esta era la
forma en todo el mundo vivÃa. Solo en una casa donde el
aire sofocaba. Nadie en quien confiar. Nadie con quien
hablar. Sin embargo, en la escuela primaria me di cuenta de que este no
era el caso, después de que me invitaron a la casa del lÃder del
grupo. HabÃa una madre que le preparó una comida deliciosa porque era su
cumpleaños y un padre que le trajo una muñeca cuidadosamente envuelta que ella
habÃa pedido. La casa estaba bañada por un sol cálido y olÃa
deliciosamente a ambientador.
'¿Qué soy yo? ¿Dónde están
mis padres? ¿Dónde está mi abuela? ¿Dónde está mi casa?'
Levanté mi rostro, que estaba en
mis palmas, y miré alrededor de la habitación. Los costosos tapices con
figuras tejidas de dioses ubicados en un rincón de la habitación,
hermosas cortinas de damasco plateado con delicados adornos en los bordes, la
suave alfombra hecha de pieles de animales no identificables, todo era
diferente de allà ...
"Puaj…"
De repente, me costó respirar y
las lágrimas brotaron de mis ojos. No supe por qué. Era demasiado
aterrador y doloroso estar solo en la habitación donde solo estaba la
oscuridad. No pude quedarme en la habitación por más tiempo y salÃ
corriendo, y los guardias que estaban en la puerta corrieron detrás de
mÃ. Corrà lo más rápido que pude para alejarme de todo.
"...... ¿Rosie?"
Cuando llegué al jardÃn,
respirando con dificultad, vi a Nanuk frente a mÃ. Se turnó para mirarnos
a mà y a los guardias, pero luego se acercó a mÃ.
"¿Tuviste una
pesadilla?"
Dudó por un momento, como si no
supiera qué decir, pero luego me secó las lágrimas y preguntó. Su mano en
mi mejilla estaba cálida.
"Está bien. No estás
solo."
Nanuk me palmeó la cabeza con
cuidado.
'¿No solo…?' Eso fue
lo más extraño que habÃa escuchado en mi vida, porque siempre estaba
solo.
"Estaré
contigo. Ven, vamos a dar un paseo”.
Se quitó la chaqueta de punto
fino que llevaba puesto, abotonado por encima de mà meticulosamente,
y me abrazó con fuerza. El calor que se inició con las manos de Nanuk
rodeó mi cuerpo y luego se quedó en mi pecho. Justo cuando mi respiración
se estabilizó, los latidos del corazón de Nanuk sonaron en mis
oÃdos. Sonaba muy tranquilo y agradable. No habÃa dicho ninguna
palabra reconfortante durante la caminata, pero esto, paradójicamente, me dio
una sensación de seguridad. Fue extraño ser consolado por alguien que era
mucho más joven que yo y que era solo un personaje del libro.
"¿Vendrás a mi
palacio?"
'¿Se dio cuenta de mi renuencia a
regresar solo a mi habitación, por eso preguntó?' Sin responder, agarré su
manga con firmeza y, pensando que era un acuerdo, me volvà hacia el lado
derecho del jardÃn. A diferencia del jardÃn del Palacio de Herteon, donde
las flores estaban en plena floración, el jardÃn del Palacio de Rafinas, donde
se alojaba Nanuk, se estaba volviendo verde. No habÃa una sola flor, el
jardÃn estaba formado por árboles más altos que un adulto.
1 Comentarios
Me encanta ver como la quieren 💗
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