Capitulo 90
“Si. Ella
vino a verme en poco tiempo después de escuchar que visito a mi hermano mayor
con frecuencia. Fue la primera vez que conocà a mi madre en la Casa
Imperial. TenÃa miedo de ella, pero sigue siendo mi madre... ya que es mi
madre, la recibÃ. Pero después de verme, no dijo nada cálido como si
hubiera pasado mucho tiempo, o que me extrañaba. Más bien, me miró como si
estuviera disgustada por mà sin decir una palabra amistosa".
También
era extraño que su hijo hubiera entrado en la desconocida familia imperial a
una edad temprana y cómo ella nunca lo habÃa conocido. Pero no podÃa creer
cómo lo habÃa fastidiado, enfadándose.
“¿Cómo
pudo haber mirado a su hijo de manera aborrecible? Pero que ella se haya
enojado por tu relación cercana con Carl es un poco..."
Ante
las palabras de Sienna, Valore sonrió con un rostro hosco. No se atrevÃa a
decirle que cada vez que su madre lo ve, lo mira como si viera algo sucio.
“Es
extraño, ¿no? La relación cercana y tierna entre hermanos se convierte en
motivo de angustia y de regaños. Mi madre me detuvo. El hermano
mayor, Carl, y yo no estamos destinados a ser hermanos, sino a competir entre
nosotros. Tenemos que lidiar con la única cosa en el mundo. Ella dijo
que era algo que yo necesitaba absolutamente".
Sienna
sabÃa que lo único que querÃa decir era el "Emperador", pero no hizo
ningún comentario inútil. Valore continuó su discurso con una mirada
miserable.
“Le
pregunté si podÃa compartirlo por la mitad. Si juntamos la mitad en buenos
términos, entonces no habrÃa ninguna razón para pelear entre
nosotros. Después de que dije eso, dijo, no puedo dividirlos por la
mitad. Ella dijo que no podÃa compartirlo con nadie. Entonces, dije
que se lo darÃa al hermano mayor, Carl. Le dije que no sabÃa qué era exactamente
y si realmente era algo por lo que discutir con el hermano mayor, Carl, asà que
le dije que se lo diera al hermano mayor, Carl, si él lo querÃa".
Esta
historia de un niño, que no tenÃa idea de cuál era la posición del emperador y
dijo que se la darÃa a su frÃo hermano, se sintió tan ingenua y
encantadora. Por otro lado, le preocupaba cómo podrÃan haberlo regañado
porque conocÃa la naturaleza de Arya.
"¿Qué
dijo la Emperatriz?"
Valore
estalló en una sonrisa desdichada ante su pregunta. TenÃa los ojos
húmedos.
“No
implicó hablar. Me dio una bofetada en la cara".
SabÃa
lo picantes que eran sus manos porque ya las habÃa experimentado antes, y las
conocÃa bien. No importa cuán enojada estuviera, él era solo un niño de
seis años.
“Me
dolió tanto que mis oÃdos sonaban sordos. Ella me agarró y me sacudió,
diciendo si sabÃa lo que era y lo decÃa sabiendo lo que era tan
fácilmente. Dijo que si no lo logro, ella no necesita algo como yo en
absoluto y que no habÃa ninguna razón para que yo naciera. Sacudió mi yo
más joven asà y lo dijo todo. Es tan vÃvido que a veces todavÃa aparece en
mis sueños".
Valore
lo agregó como humor en broma, pero estaba claro que el impacto de ser negado
por su madre a una edad temprana se mantuvo como un trauma lo suficientemente
fuerte como para llegar a sus sueños.
"Eso
es algo cruel de decir".
“En ese
momento, aunque no entendÃa de qué se trataban esas palabras o qué significaba
nuestra conversación, asentà con la cabeza. Le dije que harÃa lo que mi
madre me diga y que si mi madre querÃa, le llevarÃa todo lo que ella
quisiera. Le dije que harÃa lo que quisiera. Le prometà a mi madre
que serÃa lo que ella necesitaba que fuera. Después de eso, no pude
soportar acercarme a mi hermano mayor, Carl. Sentà que estaba cometiendo
un delito grave".
"No
es culpa de Sir Valore".
“No,
yo, para decir, fue bastante cruel. No supe hasta unos años después lo que
realmente significaba mi existencia para Carl".
"..."
“Me
habÃa vuelto realmente consciente de mi existencia para mi hermano mayor, Carl,
como el que tenÃa que intentar quitarle todo. Está predestinado a ser solo
de mi hermano; sin embargo, algo como yo, apareciendo de la nada como un
hermano menor, albergaba un deseo por su puesto. Mientras tanto, sin saber
nada en absoluto, lo llamé continuamente hermano mayor y seguà a mi hermano
mayor, Carl, por todas partes. No puedo imaginar lo terrible que debe
haberse sentido por mà todo ese tiempo mientras lo hacÃa. Sin embargo, el
hermano mayor, que es muy amable, no se rindió ni me dejó a un lado. Me
esforcé por ignorar mi conciencia culpable".
Se
humedeció los labios secos con vino.
“Visto
desde otro punto de vista, me dije a mà mismo que puede que no sea solo del
hermano mayor y que también podrÃa ser mÃo. Traté de convencerme a mÃ
mismo de esto innumerables veces diciéndome a mà mismo cientos, no, incluso
miles de veces que yo también podrÃa tenerlo. También puede ser mÃo".
Valore
miró a Sienna a los ojos y lo dijo. HabÃa algo en sus ojos castaños
oscuros, como aspiración, que se proyectaba. Sienna sintió que era su
confesión.
“Como
si realmente me hubiera lavado el cerebro, me volvà codicioso. Lo quiero,
lo tendré. Pero después de mi banquete de mayorÃa de edad, vi esta botella
de licor que habÃa traÃdo y colocado en mi habitación, diciendo que era un
regalo. Fue entonces cuando inmediatamente me volvà muy
consciente. Sentà que dejé de ser humano y me convertà en un monstruo por
codicia. Me sentà muy mal por ser codicioso, sabiendo que tenÃa que ver
sangre entre mi hermano y yo para llegar a donde querÃamos. Pensé que me
envió la botella después de notar mi codicia. Entonces, por supuesto,
pensé que habrÃa veneno en la botella".
Era
extraño pensar que Carl habÃa envenenado el regalo, pero ella entendÃa por qué
pensaba eso. Valore parecÃa haber pensado que Carl se envenenarÃa a sÃ
mismo, ya que durante mucho tiempo se sentÃa culpable de codicia.
"Entonces,
¿tomaste un poco de vino?"
“Es
solo que no pensé que serÃa tan malo morir allà mismo. Pensé que serÃa
bueno para todos. Lo sé mejor que nadie. No tengo las cualidades para
ser rey. En lugar de escuchar conversaciones sobre polÃtica, soy más feliz
cuando escucho música o toco un instrumento. Incluso la maestra que me
enseñó el cesáreo estaba tan confundida que negué con la cabeza. En
comparación, sentà que mi hermano nació para ser emperador".
Aunque
Valore tuvo una relación difÃcil con Carl, todavÃa lo respetaba en el fondo de
su corazón. Esos sentimientos suyos seguÃan siendo los mismos entonces y
ahora.
“Y es hábil
en el manejo de la espada... cuando el hermano mayor dice una palabra, la
atención de todos está puesta en él. Su maestro declaró que habÃa
terminado todo su entrenamiento real en tres años y que no tenÃa nada más que
enseñar, renunciando a su puesto. Si un tonto como yo se convierte en
emperador, serÃa una molestia para este paÃs y solo la gente sufrirÃa. De
hecho, psicológicamente fue demasiado difÃcil. Es agotador tener que
luchar por un puesto que no quieres. Es por eso que tomé bebidas después
de las bebidas".
Sienna
le preguntó a Valore, asumiendo que la botella nunca habrÃa sido envenenada.
"Entonces,
¿realmente habÃa veneno en él?"
"Jaja
no. Simplemente era un buen vino con buen sabor y aroma. Estaba tan
delicioso que pude llorar. Creo que lloré más ese dÃa que en toda mi vida".
Deben
haber sido lágrimas mezcladas con todo tipo de emociones.
Frustración
y vacÃo, alivio y pena, resentimiento y gratitud. La compleja emoción
despertó sus lágrimas.
Incluso
ahora, cuando pensaba en ello, sentÃa como si estuviera llorando y llorando de
nuevo. Ni siquiera se dio cuenta de que habÃa derramado lágrimas y sonrió
desordenado con una mirada en blanco.
"Entonces
hice una promesa".
"¿Qué
tipo de compromiso?"
0 Comentarios