Capítulo 30.
Él era diferente de los otros caballeros ya que tenía una habilidad especial, entonces, ¿cómo podían los caballeros pelear con una persona cuyos ojos no podían mirar? El caballero había buscado al Duque en medio del campo de batalla a riesgo de verle los ojos. Quizás los rumores fueron exagerados. El Duque puede poseer la capacidad de congelar a una persona, pero parece que esto podría prevenirse o evitarse.
- Señora, sobre la expedición del caballero de Delrose ... - Etra habló en voz baja, dándose cuenta de que Ilyin estaba sumido en sus pensamientos.
Ilyin asintió - Sí. ¿Cuál es su plan?
Etra miró el mapa frente a Ilyin mientras hablaba - Si bien la fecha exacta es un secreto, saldrán pronto.
Ilyin sabía que eso sucedería, pero eso no significaba que no pudiera obtener algunas pistas sobre su sueño antes de que se fueran. Miró el mapa de Biflten, y aunque los caballeros sabrían dónde estaba el lugar en un segundo, le tomó un tiempo encontrar el lugar que coincidía con lo que había visto en su sueño, y Etra esperó con calma para evitar poner presión sobre su ama.
- ¿Van al oeste? - El lugar que Ilyin encontró en el mapa era el territorio de los mollies en el oeste.
- Sí. - Etra pareció sorprendida por su suposición.
Ilyin agonizaba sobre lo que debería hacer. Si trataba de advertirles, dudaba que la creyeran. Y, ¿cómo podrían los caballeros evitar una avalancha inesperada, incluso si estaban acostumbrados a la nieve?
- Escuché que Su Alteza estará en esa expedición - susurró Etra. Ilyin se congeló en estado de shock por esta noticia.
***
Ilyin subió al séptimo piso esa noche, y el médico residente sonrió satisfecho al ver que se había recuperado bastante.
- ¿Un medicamento para fortalecer el cuerpo? - Sugirió el viejo doctor, con una agradable sonrisa en el rostro. - Sin embargo, dado que puede causar problemas como los nened, mejor vayamos primero con la medicina del Imperio. Necesitamos hacerte más fuerte antes de que puedas tomar los medicamentos que se fabrican aquí. - Sus palabras fueron cálidas, e Ilyin no podía creer que fuera la misma persona que había regañado a las doncellas del Norte Azul. - Además, le haré saber a Su Alteza que se encuentra bien. Y por favor avíseme si Su Alteza es demasiado contundente. - Esas habían sido las palabras de despedida del médico, e Ilyin se sonrojó ante su guiño.
Etra le había dicho a Ilyin que el médico era una de las pocas personas que podía regañar al Duque entre los Delroses.
El séptimo piso era bastante diferente, observó Ilyin mientras se sentaba en el gran dormitorio. Las doncellas habían preparado varios tipos de licores para Ilyin, ya que se sabía que los licores Biflten estaban de acuerdo con ella, a diferencia de las hierbas.
- Esto sabe a duraznos. Se puede beber fácilmente a pesar de ser bastante pesado - explicó la criada.
Ilyin sabía que sería útil cuando estuviera sentada sola por la noche, ya que las luces podían apagarse en cualquier momento. Levantó el vaso pequeño lleno del líquido rosa claro y lo probó. Estaba caliente mientras le bajaba por la garganta, pero se sentía dulce en su lengua. Estaba delicioso, e Ilyin tomó algunos sorbos más, a diferencia de su yo habitual. De repente, las luces se apagaron y un momento después, Ilyin se quedó inmóvil cuando una mano cálida tocó la suya.
- ¿Disfrutas de una bebida? - Suavemente tomó la botella como si pudiera ver en la oscuridad y la colocó sobre la mesa, e Ilyin rápidamente miró hacia el suelo. No quería confirmar si se congelaría o no si lo miraba a los ojos, e incluso si eso no sucediera, podría causar otros problemas. Permitir que tales rumores continuaran significaba que el Duque tenía alguna utilidad para ellos, y decir algo al respecto no era una buena idea.
- Realmente no.
- Entonces, ¿te gusta este? - Lo escuchó inclinar la botella y verter un poco en un vaso. Ilyin sintió que golpeaba el vaso que ella sostenía y se lo quitó. ¿Se escuchó mejor en la oscuridad? Ella se preguntó. Ilyin lo escuchó beber y luego sonó como si se levantara, probablemente pensando que quedarse quieto era una mala educación. Le oyó poner el vaso sobre la mesa.
- Sabe a duraznos - dijo en voz baja. El olor estaba cerca de ella y se congeló.
El Duque inclinó la cabeza hacia ella para besarla en la mejilla y susurró - Tus mejillas están sonrojadas.
- ¿Puedes verme? - preguntó ella, sintiéndose cohibida. Ilyin había hecho esa pregunta porque no podía ver nada en la oscuridad, entonces, ¿cómo podía verla él? Escuchó una pequeña risa.
- ¿Eres curioso? - respondió. Ahora que lo pienso, él debe poder ver en la oscuridad, ¿de qué otra manera podría explicar la primera noche que pasaron juntos? La cara de Ilyin se sonrojó de nuevo cuando fue arrastrada por los aires.
- ¿Qué estás haciendo? - Su voz sorprendida fue ahogada por su risa, que estaba lo suficientemente cerca para un beso. Ilyin cerró los ojos y respiró hondo. La colocó sobre la mesa y ella abrió los ojos ligeramente mientras trataba de equilibrarse. Sus pies colgaban en el aire y el Duque se apoyó contra ella mientras trataba de encontrar un lugar para descansar sus manos.
- La mesa está aquí. - Sus cálidas manos guiaron las de ella mientras besaba su labio superior y susurraba - Puedo oler tu aroma.
Ilyin pensó que estaba hablando del licor y su mano le acarició suavemente la mejilla. Su beso fue breve pero la devoró. Luego le mordió la lengua tiernamente como si fuera una fruta blanda. Las manos de Ilyin temblaron levemente sobre la mesa, ya que su cuerpo se sentía débil. Sus manos estaban sobre las de ella con más fuerza, y sus dedos se unieron. El Duque volvió a besarla en la mejilla y luego se inclinó para besarle la nariz y los labios.
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