Capitulo 15.6
~ Whoosh
Hoy no ha sido un dÃa muy soleado, pero sopló el
viento. Annette levantó la mano por reflejo y se apartó el pelo de la
cara. Su cabello rubio brillaba con un color platino claro, como un hilo
de lino en un dÃa nublado. A medida que su vista se hizo más clara, el
pasaje del libro que habÃa leÃdo antes llamó su atención.
'… La regresión es
una experiencia extremadamente rara, pero una vez que retrocedes, puedes
adquirir una habilidad especial que nunca antes habÃas tenido. Un buen
ejemplo es la hija pródiga Natalie, que tenÃa la capacidad de atraer a los
hombres liberando feromonas especiales después de regresar. De esta
manera, los regresores adquieren habilidades raras una por una, que van desde
habilidades espirituales hasta la capacidad de hacer terrones de azúcar en un
nivel pequeño'.
Annette resopló un poco ante la frase " la capacidad de hacer terrones de
azúcar".
Sin embargo, su mente se volvió complicada. Fue por el
pensamiento de cuál podrÃa ser su habilidad especial.
'Espero que no esté
haciendo papas fritas con las fosas nasales'.
A Annette no le gustaban mucho los alimentos fritos.
‘Sea lo que sea,
por favor, deseo que sea una habilidad útil.’
Desafortunadamente, este libro no dice cuándo y cómo los
regresores se dieron cuenta de sus nuevas habilidades. En primer lugar, se
conocen muy pocos casos de regresión. Annette no pudo ocultar su decepción
y miró hacia atrás para ver si habÃa algo que extrañaba.
En ese momento, una repentina ráfaga de viento se llevó el libro
que estaba leyendo. Al mismo tiempo, el dobladillo del vestido de Annette
se volcó. Annette sorprendida se apresuró a bajarse la falda y se inclinó
para buscar el libro que habÃa rodado.
"Oh cielos,
¿qué debo hacer?"
Annette se puso de pie de un salto y corrió hacia el libro. Hoy
estaba bastante húmedo, asà que tenÃa miedo de manchar el libro. El libro
fue sacado del estudio del Marqués de Carnesis, y si estuviera estropeado, no
tendrÃa la cara para ver a Raphael.
~ Whoosh
El viento juguetón le revolvió el cabello trenzado. Antes
de que se diera cuenta, casi la mitad de su cabello salió de la fina
horquilla. El cabello rubio ondeaba y seguÃa oscureciendo su
vista. Debido a esto, Annette, que inclinó la cabeza para recoger el libro
con urgencia, no sintió el pilar frente a ella a tiempo.
"¡Ay!"
De repente, sus ojos brillaron y sintió un dolor bastante agudo
en la sien izquierda. Annette tomó el libro con una mano y se tocó la
frente con la otra. El bulto pareció arder y un lÃquido tibio se deslizó
entre sus dedos.
"Sangre... ¿no
es sangre?"
Annette se asustó. Como niña bien educada, casi nunca se
lastimaba. Lo era aún más porque en general era una persona muy
cautelosa. Annette acarició inútilmente el lugar de donde fluÃa la
sangre. Estaba avergonzada y no sabÃa qué hacer.
Afortunadamente, pronto le vino a la mente el conocimiento que
habÃa visto una vez en un libro. En este caso, para detener la hemorragia,
tuvo que presionar la herida. Annette se esforzó por mantener la calma y
presionó la herida. Sin embargo, las teorÃas y las realidades eran muy
diferentes.
"¡¡Ay!!"
Cuando aplicó presión en su mano, fue tan doloroso que las
lágrimas cayeron de sus ojos. Annette finalmente se rindió en detener la
hemorragia y se quitó la mano de la sien, pero la sangre goteó y manchó el vestido. Ella
sintió que podrÃa necesitar ayuda.
Annette se tambaleó y se volvió hacia la puerta principal de la
mansión. En ese momento, una pared sólida apareció de repente ante sus
ojos. Estaba tan sorprendida que no pudo gritar y su cuerpo se puso
rÃgido.
"¿Estás
herido?"
Lo que apareció frente a ella no fue una pared, sino Raphael. Era
tan alto y bien formado que los ojos confusos de Annette pensaron que era una
ilusión. Raphael, mirando a Annette con ojos de desaprobación, extendió la
mano y miró su frente.
Afortunadamente, la herida de Annette no era grande. La
piel donde estaban cubiertos los vasos sanguÃneos estaba desgarrada, pero el
sangrado parecÃa ser severo. Para Raphael, que habÃa pasado la mayor parte
de su tiempo en el campo de batalla, era solo una herida menor.
Sin embargo, el rostro pálido de Annette y la sangre carmesà en
su cabello rubio claro parecÃan de alguna manera siniestros. Raphael se
sintió como una persona que ha sido empujada desde un acantilado. El dolor
de Annette hizo que su corazón se hundiera. De alguna manera, sintió que
habÃa pasado por algo como esto antes.
Raphael, tratando de deshacerse de este desagradable
sentimiento, lanzó una amarga reprimenda.
“Bueno, ¿eres
estúpido? ¿Crees que esos ojos son para decorar?”
Annette abrió la boca y bajó la mirada débilmente. Se quedó
sin habla, porque era cierto que se habÃa acercado al pilar y se golpeó la
cabeza tontamente. Pero debido a las duras palabras de Raphael y su
sorpresa al ver la sangre, Annette se sintió extremadamente molesta y las
lágrimas brotaron de sus ojos.
Annette parpadeó e inhaló para evitar llorar. Entonces, sin
querer, salió un pequeño sonido de sollozo. En ese momento, la mano de
Raphael, que rozaba la frente de Annette, se endureció. Annette lo miró,
preguntándose por qué estaba haciendo esto.
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