Solo trato a villanos - Capítulo 24


Capítulo 24.



 Por un momento sentí pena, pensando que esto debía ser producto de la vida abusiva de este hombre. Pero realmente no había ninguna razón para simpatizar.

Poco después, lo miré a la cara de nuevo e inmediatamente noté un pequeño cambio en el hombre.

- Ajá. ¿Simpatía? ¿Echar mucho de menos? ¿Has sufrido tanto dolor? ¿O fue alguien cercano a ti quien pasó por eso? 

- ... - Ahora tenía unos ojos terriblemente desagradables.

- Tengo razón, ¿no?

- Sabes que no estoy obligado a responder eso.

- No puedo evitar leer su cara.

- ¿En realidad? Luego me gustaría que se concentrara en mi cara, que se ha vuelto más delgada con el tratamiento. Aparta tus manos.

- ... - Mi dedo tocó su cuello. Naturalmente, su rostro se acercó.

- Dolerá menos porque es el último. Aguanta, chico. - Heimdahl no me quitó los ojos de encima hasta el final del tratamiento, como una bestia apuntando a una presa. Después del tratamiento, lo solté, todavía fingiendo parecer tranquilo por fuera. - El tratamiento ha terminado.

Levanté ambas manos y él cayó frente a la puerta y se preparó para escabullirse.

- Chirrido. -

Pronto el pomo de la puerta giró e incliné mi cabeza hacia la puerta. Aunque se puede decir que es el final del invierno, en el callejón hacía frío, sin calor. Cuando exhala, puede ver la condensación.

Hace frío.

Era un lugar que dependía de la tenue luz de la luna sin una sola farola. El cuerpo humano no vuelve a la normalidad solo porque se ha curado.

Perfecto para los negocios.

Pude tratar a la gente, pero eso no solucionaría una caída repentina de la fuerza física o la fatiga mental. Por tanto, Heimdahl debió sentir la fatiga acumulada en su cuerpo.

Como un hombre que corrió demasiado tiempo con todo su poder.

- Oye. - Atrapé al hombre, acostado, con mis ojos. - Te daré una opción. Dormir allí atado, o ... ¿Tienes que prometerme algo y te dejaré dormir en un lugar cálido? 

- ¿Prometer algo?

- ¿Qué otra cosa podría ser? Prométeme no perder el tiempo.

Heimdahl se rió en vano. - Parece que no va a funcionar.

Me encogí de hombros.

- No lo odio.

Su gratitud es suficiente incluso si no le gusta. Era hora de rendirse y entrar sin dudarlo.

- Lo prometo. - Al bajar la cabeza, pude ver a Heimdahl sentado con dificultad. Levantó las manos, atadas como estaban. - Te prometo.

El atuendo holgado desacreditó la credibilidad de su declaración.

- … Vaya, mira el descaro. Quiero cancelar el acuerdo.

- Entonces, ¿puedo preguntarle cortésmente? - Su camisa estaba hecha jirones, el cabello empapado de sudor, la barbilla levantada y su mirada feroz. En lugar de parecer un paciente, parecía más un hijo pródigo indulgente de una familia adinerada. - ¿Qué deseas a cambio?

- Nada en absoluto. - Heimdahl frunció levemente el ceño.

- Un favor sin recompensa, ¿de verdad esperas que me crea eso?

- ¿Por qué no? No hagas de todo el mundo un hombre desvergonzado como tú, luce un poco bonito.

Incluso si lo miras así, no había nada que quisiera de él.

Oh, estás mirando esa cara, ¿no? Si me pagan, se convierte en una relación. Odio ese tipo de relación.

- Bueno, si realmente quieres encontrar una razón, sigamos con esto. - Lentamente miré a lo lejos y recogí algo de mi pasado imaginario. Gradualmente, los recuerdos fluyeron de mi boca como un arroyo. - Primero, soy una persona que ha sido lastimada mucho como dijiste. - Doblé uno de mis dedos estirados. - En segundo lugar, tengo dos hermanos bastante pequeños y no soporto ver a nadie que esté cubierto de sangre desde que mi padre golpeó a mi hermano en el ojo frente a mí. Fin de la descripción.

- Aplaudir - 

Después de mostrar mis palmas, saqué algo de mi bolsillo.

- Mira esto.

- …¿Qué es?

- ¿Condiciones para que vengas a mi casa? - Por supuesto, tal como están las cosas, ¿cómo puedes confiar en una promesa verbal y dejar que las cosas simplemente sucedan? Le tendí la palma de la mano.

Heimdahl contempló las joyas que se habían levantado.

- Piense en ello como una promesa de algún tipo de hechizo como garantía, y jure por esta joya.

- ... Tienes todo tipo de trucos.

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