Capitulo 15.2
Desafortunadamente, el optimismo de Annette se desvaneció
rápidamente al dÃa siguiente.
A la mañana siguiente, Annette se despertó más temprano porque
afuera habÃa mucho ruido. ParecÃa haber alguna disputa ya que podÃa
escuchar a Raphael peleando y despotricando en el medio.
Annette se frotó los ojos somnolientos y miró por la ventana,
pero no vio a nadie parado allÃ. A juzgar por la dirección de donde venÃa
el sonido, parecÃa provenir del vestÃbulo.
Annette se levantó de la cama y decidió salir. Ahora era la
esposa del marqués de Carnesis, por lo que necesitaba estar al tanto de todo el
alboroto que ocurrÃa en la mansión.
Mientras caminaba unos pasos para bajar por el suelo, sintió un
leve dolor quemante entre las piernas. Pero esto era tolerable. Annette,
que habÃa sido educada rigurosamente para ser la princesa heredera, fue muy
paciente. Annette se vistió rápidamente y miró nerviosamente en la
dirección de la discordia.
'¿Qué diablos está pasando?'
Cuando Annette salió de la habitación, trató de recordar lo que
sucedió en ese momento de su vida anterior. Sin embargo, no podÃa pensar
en nada porque Annette en su vida anterior estaba enferma y postrada en cama en
este momento.
Raphael la odió al comienzo de su luna de miel. El
malentendido de su primera noche fue terrible y Annette sufrió las
consecuencias. En ese momento, ella era tan tonta que ni siquiera podÃa
decir palabras fáciles como, “Por favor, no dejes que me enferme”. Si
ella hubiera dicho eso, no habrÃa sufrido tanto.
El precio de la estúpida terquedad fueron tres dÃas de
enfermedad e impotencia. Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue el
rostro oscuro de Raphael, mirándola frÃamente. Actuó como si ella fuera su
enemiga. Ni siquiera parecÃa sentir pena por su esposa enferma que habÃa
terminado asà por su culpa.
'Estaba realmente triste en ese
entonces...'
Annette frunció el ceño ante el desagradable recuerdo. A
partir de ese momento, ella también lo odió intensamente. No podÃa
entender por qué Raphael la odiaba. No le creÃa en absoluto cada vez que
intentaba aclarar los malentendidos. En ese momento él era tan frÃo como
su padre, incluso más cruel que él.
Pero esta vez tuvo una primera noche completamente
diferente. Aunque Raphael todavÃa se portaba muy mal, esta vez consideró
la conveniencia de Annette. Gracias a esto, Annette se despertó como de
costumbre y pudo notar este alboroto actual.
‘Espero que no sea gran cosa’.
El corazón de Annette latÃa con fuerza debido a una ansiedad
desconocida. Naturalmente, sus pasos hacia el vestÃbulo se volvieron un
poco más rápidos. Tan pronto como dobló la esquina del pasillo, escuchó la
voz de Raphael desde lejos.
"... ¿Entonces quieres decir que
los regalos que te he enviado son muy deficientes a los ojos del anciano
bávaro?"
Raphael gritó. Aunque preguntó en voz baja y burlona,
Annette pudo sentir su ira por eso. SabÃa que no tenÃa que enfrentarse a
él para saber que estaba de peor humor en ese momento. Apenas lo habÃa
visto tan enojado.
“Lo siento, marqués de
Carnesis. Los regalos que enviaste son maravillosos... pero mi maestro es
una persona que solo conoce los productos de la mejor calidad. Me gustarÃa
pedirles su generosa comprensión de la diferencia de opiniones que pueden
surgir entre las dos familias”.
Annette escuchó la noble voz que siguió. Era una voz que
conocÃa muy bien. Era Gerard, el mayordomo de su familia. TenÃa un
tono elegante al hablar con un poco de acento extranjero. Gerard tenÃa una
impresión amable en ella y era un mayordomo bastante bueno.
Sin embargo, Annette frunció el ceño al verlo. Fue porque
lo que acababa de decir Gerard le vino a la mente.
‘Gerard está un poco raro
hoy. ¿Por qué le habla asà a Raphael? Es bastante grosero'.
No entendÃa por qué Gerard, el mayordomo de su familia, le
hablaba a Raphael en un tono muy rudo.
1 Comentarios
Muchas gracias por su trabajo y por este nuevo capÃtulo 😊
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