Capitulo 15.
"¿Realmente hizo eso el mayordomo?"
El mayordomo era descendiente de la Familia que estuvo a cargo del Marquesado de Orche desde los primeros dÃas del establecimiento de la familia, y fue leal a mi Madre.
No podÃa creer que el Mayordomo estuviera contando cosas malas sobre mÃ.
"¿Te sentirás culpable por apuñalarme asà por la espalda?"
Salà de la cocina y fui directamente a la habitación del Mayordomo. Los cuartos de servicio se construyeron por separado al final del camino a través de la puerta trasera de la cocina. La habitación del Mayordomo estaba en el extremo izquierdo.
Tan pronto como llamé a la puerta, el Mayordomo inmediatamente abrió la puerta como si estuviera en camino de salir.
- ¿Dama? ¿Por qué está aquÃ?
- Tengo una pregunta.
Mi voz fue feroz. El mayordomo me miró por un momento, luego volvió a mirar a su habitación. Después de un momento abrió la puerta de par en par y dió un paso atrás.
- Esta en mal estado, ¿pero le gustarÃa una taza de té?
- SÃ.
La habitación del mayordomo era lo bastante aburrida para resultar monótona. Lo que se destacó fue una alfombra. Excepto por eso, parecÃa que siempre podÃa salir de casa con una maleta pequeña. La mesa también era monótona , sobre ella solo habÃa una pequeña tetera y dos tazas.
Miré al Mayordomo de pie en la atmósfera excesivamente seca de la habitación. Se paró frente a un pequeño lavabo frente al baño privado, abrió el armario sobre su cabeza, sacó una botella de vidrio con hojas de té y se acercó a la mesa.
Con hábiles movimientos de la mano, llevó las hojas de té a la tetera, levantó la tetera con agua del horno y la inclinó lentamente.
- Siéntate.- por sugerencia del Mayordomo, inmediatamente me senté en la silla vacÃa.
El Mayordomo me miró en silencio y luego volvió a poner la tetera con agua en el horno.
- Escuché algunas cosas extrañas y vine aquÃ. Ahora que lo veo, ¿parece que te estás preparando para irte?
Ahora que lo pienso, el mayordomo dejó la casa hace un tiempo y bajó a la finca Loam donde se encuentra la Mansión principal de los Orche. En ese momento, me dijeron que el abuelo del mayordomo que administraba la finca, tenÃa una salud deteriorada y necesitaba ayuda. Ahora que lo pienso, fue un poco extraño.
HabÃa otra cosa extraña. En mi vida anterior, incluso cuando estaba en mi punto más bajo y morÃ, el Mayordomo no vino a verme.
"No fue a Loam..."
Fue cuando lo miré con mis ojos entrecerrados que me di cuenta de la extrañeza. El Mayordomo respondió con una sonrisa amarga.
- Si me piden que me vaya, entonces no tengo otras opciones.
El Mayordomo trató de morderse los labios e inclinó la cabeza. No podÃa seguir soportando esto, como si estuviera soportando algo difÃcil.
- Mayordomo, dime lo que está pasando.
Escuché de Soren y otros miembros de la cocina que mi padre estaba cambiando a los empleados por personas que le eran leales. Todas las personas con las que no entré en contacto normalmente ya fueron reemplazadas.
El alboroto en la cocina se debió a que mi padre expresó sus intenciones de cambiar también al personal de la cocina, y algunos de ellos habÃan recibido avisos de despido. Cuando Soren dijo que iba a discutir conmigo porque era un despido injusto, el Mayordomo les dijo que la Dama no estaba interesada en ellos, por lo que era inútil hablar conmigo.
El Mayordomo parecÃa haber sabido ya que esto sucederÃa.
TenÃa prisa por pensar que tal vez la primera persona en recibir la notificación de despido serÃa el Mayordomo.
- Bezel, ¿No puedes oÃrme? ¡Dime!
El Mayordomo a penas abrió la boca luego de que lo llamé por su nombre.
- Decidà dejar el Marquesado Orche poco después de que terminara la ceremonia de mayorÃa de edad de Lady Viena.
Lo miré, parecÃa que ya se habÃa resignado a su destino, y me pareció saber cuánto tiempo habÃa estado luchando en su corazón.
- ¿Cuándo recibió el aviso de despido?
- ¿Por qué eso es importante?
- Bezel, ¿ya no me estás tomando como tu maestro? Ahora ni siquiera me lo dirás.
- ¡No, Mi Señora! Me dió vergüenza irme sin servirte hasta el final. No querÃa causar ningún problema en un momento en que la situación no es buena.
El Mayordomo, que casi gritaba, dejó de hablar como si estuviera ahogado y se mordió la boca con firmeza.
- Déjame preguntarte una cosa.
- Por favor dime.
- ¿Quieres irte?
- Eso no verdad. Por qué habrÃa....
Los ojos del Mayordomo se abrieron rápidamente cuando su discurso se volvió borroso.
- Entonces no te vayas.
- Me encantarÃa, pero el Marqués ya me lo ha notificado. Algunas personas mayores en la cocina también han recibido notificación de despidos. Pronto llegarán nuevos, no hay forma de revertirlo.
Las palabras del Mayordomo, que parecÃa que ya se habÃa resignado a su destino, pesaban en mi corazón. ¿Qué habÃa dicho mi Padre para que el Mayordomo hiciera eso? ParecÃa haber algo que me estaba perdiendo.
"¿Qué? ¿Qué intentaba hacer mi Padre? ¿Por qué diablos vas a cambiar a todos los empleados?"
Aquellos que ya están acostumbrados a la Mansión son tan buenos en el trabajo que son incomparables con los recién llegados. Los recién llegados no serán muy diferentes si se adaptan al trabajo, pero les llevará algún tiempo hacerlo.
"¿Cuál es el punto de pasar tales inconvenientes y cambiar a los empleados?"
Cuando recordé cómo se comporta el mayordomo habitual, la respuesta salió vagamente.
- Mayordomo, saque el libro mayor. Traiga todos los contratos de trabajo de los empleados, resúmenes de pago de salario mensual, notas de compra de productos y todo.
- ¿Dama?
- ¿Qué estas haciendo? ¡Ve!
El Mayordomo se dió la vuelta apresuradamente y se paró frente a la bóveda negra en la parte más profunda de su habitación. Sacó un paquete de llaves de su cintura, cogió una y abrió la puerta de la bóveda.
- Aquà estás.
El Mayordomo dejó el libro de contabilidad sobre la mesa me miró y con ojos ansiosos
- No digas nada. Me haré cargo de ello.
- Pero Señora, usted sabe leer el libro mayor....
Quizás quiera preguntar si lo sé.
En el pasado, a esta edad, no me interesaban los libros de contabilidad de los artÃculos del hogar. Por supuesto, nunca vi el libro mayor. Pero desde entonces, me he convertido en el verdadero dueño del negocio gigante en muchos campos.
No habÃa forma de que no pudiese leer el libro mayor.
Abrà rápidamente el libro, verificando cuidadosamente los detalles como el presupuesto, los gastos y el uso.
El Mayordomo me sirvió una taza de té y se paró en silencio a mi lado, esperando. Finalmente, cuadno puse la tapa del libro mayor y levanté la cabeza, el mayordomo tenÃa una expresión sutil como antes.
- ¿Cómo sabes leer libros?
- Eso no importa ahora.- es importante que mi padre se esta llevando el dinero.
Mirando el libro mayor, no habÃa uno o dos elementos que no estuvieran claros entre los gastos. El número de veces para este año solo ha superado los diez dedos. ¿Cómo fue el año pasado y hace dos años?
Han pasado ocho años desde que mi Madre falleció y mi padre se hizo cargo de la gestión de la casa. No se sabÃa cuánto dinero entró en esa mano.
¿Desde cuándo está haciendo esto?
No habÃa en la casa que pudiera imponer sanciones por lo que hacÃa mi padre. Qué hacer si me entrometo, pero como no lo hice mi padre tomó mucho dinero de la familia. Es una buena palabra para los gastos personales, pero de hecho, fue como robar.
Mientras estaba prestando atención, el área alrededor de mi sien estaba palpitando. Mientras frotaba el lugar, estaba pensando la cantidad aproximada y el dolor como si me estuvieran acuchillando me golpeó.
Contuve la respiración mientras acurrucaba mi cuerpo reflexivamente ante el dolor que parecÃa salir con un sonido.
- Señora, ¿está enferma?
Fue sólo después de escuchar la voz del mayordomo que me di cuenta que cerré los ojos sin saberlo. El Mayordomo estaba escaneando con sus ojos como si estuviera observandome. Estiré la espalda y respiré lentamente.
El dolor no se iba e interferÃa con mi respiración. Me dolÃa tanto el estómago que me salieron lágrimas, pero fue por un tiempo, ya que luego el dolor disminuyó gradualmente dejando que me sintiera enferma debido al éstres severo.
En el pasado, las drogas que hay que tomar siempre están a la mano, por lo que podrÃa haber tomado algunas, pero ahora tenÃa que llamar al médico porque nunca me habÃa enfermedo.
Pero ahora no era el momento de llamar al médico, es hora de terminar lo que está haciendo mi padre.
- Señora, ¿no se siente bien....
- Mayordomo, ¿sabÃas que el libro mayor era extraño?
- Si. Pero, señora, está muy pálida. Si estás enfermo....
- ¿Discutiste con mi padre por esto? Date prisa y respondeme.
Como insistÃ, el Mayordomo respondió de mala gana.
- .... Yo no.
No, mi conjetura parece inconfundible. La razón por la que el padre notificó el despido al Mayordomo probablemente se debió a una interferencia con los libros.
- ¿Por qué no has dicho nada hasta ahora?
Ante mi reprimenda el Mayordomo volvió la cabeza.
- ¿Supongo que el mayordomo le pidió a mi padre que completara adecuadamente la parte no clara del gasto? Pero no le gustó, asà que le habrÃa avisado al Mayordomo que te despidiera. ¿Estoy en lo cierto?
El Mayordomo no pudo responder todo el tiempo, a pesar de que estaba en mis ojos. Afirmación silenciosa. Me elvanté y agarré el hombro del mayordomo.
- Si no te gusta, no pienses en ir a ningún lugar. Le subiré el salario mensual, decora tu habitación correctamente. ¿Qué pasa con esta habitación del Mayordomo del Marquesado de Orche?
Cuando abrà la puerta y salÃ, dejando al confuso mayordomo en la habitación, me ecnontré con algunos de los sirvientes que pasaban por el pasillo. La mayorÃa de ellos eran rostros desconocidos, pero uno de ellos era conocido, fue el sirviente quien se mostró arrogante conmigo bajo las órdenes de mi padre.
¿Le dije que se fuera y todavÃa estaba aquÃ?
El sirviente de mi padre dudó en mirarme, luego rápidamente se quedó junto a los otros sirvientes y rápidamente bajó la cabeza. Caminó unos pasos más allá fingiendo no conocerme, luego se dió la vuelta y miró hacia atrás. Vu al criado de mi padre exhalar un suspiro de alivio. Fingà no reconocerlo y dije a los criados.
- Ustedes deberÃan limpiar el Salón de Banquetes ahora mismo.
Los sirvientes estaban desconcertados, pero pronto respondieron y salieron del almacén con herramientas de limpieza. Parece que al menos mi padre no les dijo que desobedecieran mis órdenes.
Me pregunté a mi misma mientrás veÃa a los sirvientes ir a limpiar el Salón.
"¿Si las cosas llegan tan lejos como mi padre quiere, entonces, como en mi última vida, me robarán mis bienes y me asilarán en esta casa? No puedo repetir lo mismo otra vez."
Volvà a llamar a la puerta del Mayordomo, este abrió la puerta y me miró.
- Toma ese libro de contabilidad y ven a mi oficina ahora.
Como resultado de una verificación rápida, descubrà que solo quedaban unas pocas personas que fueron seleccionadas por mi Madre. La mayorÃa de las criadas de cocina, incluida Soren y Henson, permanecieron en la cocina, pero todas las que estaban en manos del Mayordomo fueron despedidas.
De alguna manera, cuando el Mayordomo siguió yendo sólo y tardó en ser tratado, mi padre continuó reduciendo sus poderes hasta el punto de despedirlo. Llamé al Mayordomo, Soren y Henson, sin el conocimiento de mi padre.
- Lo que mi Madre les dijo a ustedes tres antes de morir, ¿lo recuerdan?
El primero que respondió a mi pregunta fue el Mayordomo.
- Por supuesto. No pensé que eso serÃa lo último pero lo recuerdo.
- Yo también lo recuerdo, Mi Señora. Su Madre me pidió que la protegiera.
- Si. Yo también.
Soren y Henson respondieron uno tras otro.
- Ella también me lo dijo, que deberÃa poder proteger a mi familia. Entonces, en el futuro, los protegeré. ¿Me creerás y me seguirás?
Tres personas respondieron a mi pregunta sin dudar.
- ¡Por supuesto, Mi Señora!
- Por supuesto.
- Solo da la orden.
Lamenté tanto ver su reacción como si estuvieran esperando.
- Pero, Mi Señora, ¿Qué va a hacer? El Marqués tiene la autoridad del Jefe.
El Mayordomo tiene razón, mientras mi padre esté en la casa él no tiene más remedio que precederme en la autoridad sobre los empleados.
¿Pero cuál es el problema? Solo necesito ocupar su lugar.
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