Capitulo 11.
Rakan presionó sus labios en el dorso de mi mano con una mirada seductora en su rostro, seguÃa mirandome a la cara y dijo.
- Eres la dama de más noble rango en el Imperio Riglet.
Sus palabras provocaron una ira hirviente en mi.
Su cara engañosa me miraba con éxtasis, todo lo que esuché fue lo que me habÃa dicho como una alucinación.
"- ¿Pensaste en hacer eso y convertirte en Emperatriz? Eres una descarada."
E incluso lo que habÃa dicho Viena.
"- Si lo pospone más, los nobles lo malinterpretaran. ¿Quizás Su Majestad realmente siente algo por la basura?
- .... Ese malentendido es terrible. No quiero involucrarme, asà que la Emperatriz se encargará de la basura."
Volviendo a la realidad, el flashback aún era muy vivido en mÃ, y un escalofrÃo me recorrió la columna vertebral, como si algo hirviera en las profundidades de mi estómago, un sabor amargo se extendió por mi boca.
Cerré mi boca por un momento.
Entonces vi a Rakan frente a mÃ.No mostró ningún tipo de ansiedad. ParecÃa confiado como si supiera qué responderÃa. No pude soportarlo más y golpeé la mano de Rakan hacia atrás e hizo un sonido de bofetada
Solo entonces mi mano se soltó de su agarre.
- ¿De qué estas hablando? ¿No me escuchaste? Hubo rumores de que tu y yo estabamos en una relación inapropiada.- queria responder con indiferencia, pero mi rostro estaba endurecido como una vieja corteza.
Abrió los ojos de par en par al ver lo sorprendente que fue mi reacción, pero pronto se frotó el dorso de la mano y se rió de modo que sus ojos se cruzaron finamente.
- Mi Kara, estabas realmente molesta, ¿verdad? Te dije. No estaba seguro en ese momento.
Mientras decÃa esas palabras amables, Rakan se acercó a mi y trató de envolver sus brazos alrededor de mis hombros. Le empujé el brazo con brusquedad.
- No hagas esto. Si alguien ve esto será malinterpretado.
Miró su mano por un momento, luego parpadeó lentamente y me miró nuevamente.
- ¿No esta bien si no nos atrapan?
- No hay un secreto completo en el mundo. Si estás preocupado por mi, está bien. Ya he tomado una decisión.
Rakan estaba bastante irritado cuando lo dije como si me hubiese rendido.- ¿Quién toma una decisión a voluntad?
- Usted se negó y tomó una decisión. Si me hubieras dado una respuesta diferente cuando te pregunté, habrÃa sido de otra manera.
- ¿Me estás culpando por mi respuesta tardÃa?.- parecÃa estar haciendo una sonrisa triste ante sus palabras.
- No es asÃ, he visto la realidad. Somos amigos, no amantes.
- ¿Existe una ley que te diga que no se puede pasar de amigos a amantes?
Rakan estaba actuando raro. "¿Cuando fingiste no escucharme cuando te pedà ayuda? ¿Por qué hablas de ser amantes ahora?"
Numerosas hipótesis e imaginaciones pasaron por mi cabeza, pero decidà dejarlas todas a un lado. Ahora era el momento de usar todo para engañar a Rakan.
Tuve que hacerme parecer una mujer desdichada que no podia relacionarse con Rakan porque la situación era inevitable.
Se rÃo impotente como si hubiese renunciado a todo.- Yo también me lo imaginé. ¿Y si no hubieras sido la prometida de mi hermano, pero eso es imaginación, no realidad?
- Entonces, ¿estas diciendo que te est'as rindiendo?
No sé por qué salieron estas palabras entre "amigos", pero no las negué.
- Es demasiado tarde para que desarrollemos otra relación. Probablemente tengas una mujer mejor.
Mi voz era baja, tranquila, pero clara. Fue una suerte que la voz sonara como un susurro, como si no la sacudieran las emociones.
En este momento, estaba agradecido de poder transmitir mis palabras a Rakan. En el pasado, me sentÃa injusto y no podÃa decir una sola palabra. Incluso cuando grité hasta que se me desgarró la garganta, no pude decir nada bien.
Recuerdo muy bien lo que dijo Rakan sobre ese dÃa.
Fue entonces cuando la sombra del rostro de Rakan se inclinó. Comenzó a ponerme excusas como si lo hubiera acusado falsamente.
- ¿Es realmente por eso? ¿Estabas molesto porque llegué tarde a contestar? Te dije. Es dificil incluso vivir en el Palacio Imperial en este momento. Es muy dificil darte una respuesta definitiva...
Rakan no pudo repetir sus palabras y cerró la boca con su mano. Su acto de angustia fue muy realista. Le temblaban los párpados ligeramente cerrados, como el aleteo de una liberlula, y la mano que le cerraba la boca temblaba.
Como tragarse un grito, la espantosa voz parecia real.
Pero sé mejor que nadie que esta mirada es mentira.
- Si. Lo siento. No te molestaré más.
Mientrás me movÃa Rakan me atrapó a toda prisa.
No tuve más remedio que mirarlo a pesar de que no queria verlo con esa actuación excesivamente energizada.
Los ojos de Rakan temblaban visiblemente como si representaran un cambio excesivo de opinión. No estaba actuando como antes, pero la mano que me sostenÃa temblaban como si estuviera realmente sorprendida.
- ¿Por qué, Kara? ¿Fue una mentira pedirme que te aceptara si rompias el compromiso?
Lo miré y respondi directamente.- Fue un sueño pasado. Un sueño que no deberÃa tener nunca más.
Entonces no me olvide de extender su mano con una expresión triste.
Sin detenerme, caminé hacia la puerta que conducÃa al salón de banquetes. Cada vez que Rakan me miraba, cada vez que sostenÃa su mano, era espeluznante. Estaba disgustado por los ojos sonrientes, las sonrisas tentadoras y el mismo Rakan cuando me susurró falsas palabras de amor en el pasado.
Me molestó la diferencia de estatus que ni siquiera podÃa vencer esa cara desvergonzada y el presente en el que tenÃa que actuar falsamente. Fui yo quien hizo que Rakan fuera reconocido como el Principe Heredero en el pasado. ¿A quién más voy a culpar de mi estupidez por cavar mi propia tumba con mis manos?
Culpándome a mà misma, rápidamente empujé la puerta del salón de banquetes.
Antes de que pudiera sentir el calor del salón, la doncella designada por Viena se acercó a mi como si estuviera esperando.
- Mi señora, la señorita Viena la esta buscando.
Mientras la miraba sin una respuesta, la criada rápidamente inclinó la cabeza y agregó a sus palabras.
- Debido a que hay demasiadas personas, era difÃcil dar la vuelta, asà que me pidió que le dijera que vinieras.
Al ver a la inquieta sirvienta, se escapó una carcajada sangrienta. TenÃa muchas ganas de que la conociera como Viena de Orche, pero no fue asi. Cuán enojada debe haber estado.
Ella nunca se habrÃa quedado callada con su personalidad. Me di cuenta de lo gruñona que estaba Viena con solo mirar a la pobre doncella. Fue divertido imaginarla enojada y sin saber qué hacer.
Rakan me hizo sentir molesta, y ahora deberia ver a Viena para calmar mi corazon.
- ¿Dónde esta ella?.- cuando hice esa pregunta como si no pasara nada, la criada rápidamente miró a su alrededor y me susurró.
- Ella entró al tocador. Estaba tan molesta ....
- Por favor, muestrame el camino ....
- ¿Si? ¡Si!.- con alegria en su rostro, la segui mientras se dirigia hacia el tocador.
Cuando entré, Viena golpeaba el mango del sofa y regañaba a sus doncellas.
- ¿Te dije que trajeras algo como esto? ¡EnfrÃa uno! ¡Traéme algo lleno de hielo!
HacÃa calor dentro, asi que querras beber algo frio. Sabia muy bien cómo se sentiria ella, pero fingi no saber nada. Me acerque a ella y pregunte.
- Viena, dijeron que me llamaste, ¿Por qué estas enojada? ¿Las criadas cometieron un error?.- pregunte con un rostro ficticio, pareciendo estar preocupado. Hice una seña a las doncellas y salieron rapidamente.
Ante esa mirada, Viena me miró y su rostro se arrugó.
- ¿Me estas diciendo que no lo sabes? ¿Hermana por qué estas hablando de otra manera? ¡Deberias haberme presentado como Viena de Orche! Pensé que me dejarias unirme a la familia!
Viena pronunció sus palabras sin siquiera respirar. Luego me miró fijamente, respirando con dificultad como si estuviera sin aliento. Me reà por dentro de su apariencia, ya que estaba en linea con mis expectativas.
Fue muy fácil dar respuestas preparadas a las preguntas esperadas. Me senté a su lado con una sonrisa amarga y bajé la mirada.
- Hay una razon, Viena. Creo que estoy por romper mi compromiso.- aunque no fue una respuesta directa, preguntó como si lo entendiera de inmediato.
- ¿Qué? ¿De qué estas hablando? ¿Romper con Su Alteza el Segundo Principe?
Apreté mis labios con fuerza, juntando mis manos y sosteniendolas con fuerza, pareciendo lamentable.
- Si. No sé qué pasa, pero Su Majestad llamó a Su Alteza el Segundo Principe para preguntar sobre una ruptura conmigo.
- ... Uh, ¿qué tiene que ver con que esté con la familia? Lo que le pregunté fue por qué no me presentó como miembro de la familia.
Después de todo, como si mi situación fuera irrelevante, solo preguntó por sus propias circunstancias. Sonreà con amargura, levanté la mirada y la vi.
- ¿No lo sabes? La razón por la que Su Majestad mencionó la ruptura fue porque no ve con buenos ojos a nuestra familia. ¿Qué pasa si te conviertes en miembro de una familia asÃ?
Viena ni siquiera podÃa parpadear, sus ojos se abrieron de par en par mientras me miraba. Agarré suavemente la mano de Viena y le di unas palmaditas en el dorso de la mano.
- Pero lo bueno es que pareces gustarle al Quinto Principe.
- ¿En verdad? ¿El Quinto Principe dijo que le gusto?
- Si. El Quinto Principe me preguntó por ti varias veces. Si eso no es o suficientemente bueno, ¿qué lo seria?
- ¿...?.- sus ojos bajo sus parpados temblaban de codicia.
- Si. Vas a estar con el Quinto Principe, Viena.
- .... Pero Hermana. ¿Cómo puedo estar con Su Alteza si no tengo nada?
La actuación torpe de Viena pareció hacerme estallar en carcajadas. Ella no parecÃa saber cómo lucÃa su rostro ahora. Quién lo iba a creer cuando ya habia decidido que seria la prometida, con una falsa humildad en el rostro.
Como si supiera que ella entendia todo, asenti y volvi a palmear el dorso de mano.
- Por supuesto, usted y Su Alteza el Quinto Principe aún no tienen ninguna relación, pero él esta enamorada de usted. Entonces es una relación antes de llegar a la edad adulta. Podemos cambiarlo de todos modos.
Viena tragó saliva y se apresuró a preguntar todo.- ¿Cómo?
Era una voz llena de ansiedad.
- Estaba cerca del Quinto Principe y arreglaré un asiento en el medio. Entonces, ¿no funcionara?.- diciendo eso me levanté y camine lentamente.- No puedo llevarme bien con Su Alteza como antes. Voy a distanciarme de él , como alguien a quien nunca volverá a ver. Asà que será mejor que te quedes con el Quinto Principe en lugar de conmigo.
Viena se levantó y me tomó de la mano cuando termine de hablar.
- Hermana, sé lo que quieres decir.
- Si. Por le momento, es posible que se sienta incomoda porque es la dama de una familia de Baron. Pero mira el futuro, te convertiras en la Princesa. En ese momento, la Duquesa también deberia honrar a la Princesa.
- Esta bien, Hermana.- Viena respondió con confianza.
Fue muy sencillo. No importa cuán convincente lo dije, era fácil olvidarme de ella.
Quizás sea por la actitud a la que me habia adherido antes de regresar, por lo que Viena creyó facilmente en mis palabras.Porque fui yo, en el pasado, quien puso a Viena en primer lugar y la quiso mas que a nadie.
Dije con ternura envolviendo mis manos con más fuerza en las de Viena y con una expresión falsa.
- Creeme. Todo saldrá bien. Como dijo mi padre, somos como hermanas.
- Eso es, hermana.- cuando Viena respondió con alegria, escuché un golpe.
- Espera un minuto Viena, tengo algo que prepare para darte.
- ¿Si?
Solté la mano de Viena y abri la puerta del tocador. Las criadas esperaban mi pedido.
- Por favor traelo adentro.- lo que trajeron las doncellas fue el vestido que me habia enviado Rakan.
Se hizo como un conjunto con la túnica que Rakan uso hoy.
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