Capitulo 7
Siempre estuvo fascinada
con los vestidos y las joyas para lucir mejor. Para financiar eso, la
riqueza era una necesidad.
La segunda condición para
el matrimonio: ¡atractivo!
Si solo tuviera en cuenta la riqueza, ya se habrÃa casado con un comerciante exitoso
como segunda esposa, pero entonces no se contentarÃa con que sus hijos se
volvieran feos.
Para tener hijos más guapos que Luca, su marido tenÃa que ser guapo.
Es por eso que la posibilidad de que Judith se casara se hizo más delgada...
pero estoy totalmente de acuerdo con sus términos.
Y eso fue eso.
Además de eso, su
personalidad debe ser buena; su voz necesita sonar agradable; no
puede soltarse y ser holgazán; y no puede ser demasiado flaco, ya que eso
no es atractivo.
¡Ah, y ser alto es imprescindible!
Era absurdo conformarse
con menos con esa interminable lista de condiciones para el matrimonio.
Solté un bufido mientras respondÃa.
“Tienes bastante
habilidad para decir cosas como si no fueran tuyas, ¿eh? No te preocupes
por mà y concéntrate en ti mismo, Thomas. Tienes altos estándares para
gustarme, asà que si no bajas tus propias expectativas, ¿no te casarás?"
Su rostro se sonrojó
mientras seguÃa discutiendo.
No se armó de valor para responderme, asà que refunfuñó algo para sà mismo y se
alejó corriendo, con el rabo metido entre las piernas.
Me reÃ.
Estaba tratando de convencerme, pensando que tendrÃa una oportunidad conmigo,
¿pensaste que no era consciente de eso?
Larissa y Luca eran
excepcionalmente hermosos, pero Judith también era la belleza que llamó la
atención, especialmente en este pequeño pueblo rural.
Cuando volvà a visitar la
memoria de Judith, Thomas nunca se atrevió a hablar con ella cuando era más
joven.
No tenÃa valor en ese entonces, entonces, ¿por qué lo intenta ahora?
¿Lo está intentando porque está envejeciendo?
No, parecÃa que asumió que bajé mis estándares.
Judith de entonces y
ahora, con la excepción de la edad, no cambió mucho.
Además de eso, Thomas y
yo tenemos la misma edad.
Ambos somos considerados
viejos para casarnos, asà que ni siquiera era gracioso que me estuviera
probando.
La presión para casarse a
una edad adecuada se impuso a las mujeres más que a los hombres...
Sin saber cuánto me acosarÃan los demás sobre el matrimonio, incluso en este
mundo, me ahogué en mi propia ira.
Apenas despegué a Thomas
de mi lado y como no querÃa enfrentarme a más tipos como él, aceleré mi paso.
Por supuesto, como hoy era el Primero de Mayo, las calles estaban llenas de
gente.
Hice lo mejor que pude para caminar lo más rápido que pude para evitarlos.
Pero entonces, choqué con
un hombre grande que apareció repentinamente de la nada.
Permaneció de pie sin que se viera afectado mientras yo me arrojaba hacia
atrás.
"¡Ay!"
A pesar de que caà al
suelo, la gente siguió pasando a mi lado.
Me apresuré a recoger las
hierbas esparcidas en mi canasta. Si los pisotearan y los aplastaran,
habrÃa sido una mala noticia.
Primero un carruaje,
ahora una persona.
Debe haber nubes negras y ominosas siguiéndome hoy.
Las nubes oscuras
bloquearon de repente el sol que brillaba sobre mÃ.
Un poco tarde, me di cuenta de que era la sombra del hombre con el que me topé.
El hombre me ofreció una mano.
Frente a mi nariz habÃa una mano enguantada de charol oscuro, dos veces más
grande que mi propia mano.
"¿Estás bien, mi
señora?"
Su voz profunda y sonora
fue bastante agradable para mis oÃdos.
Mis tÃmpanos sonaban debido a su voz.
Era una voz encantadora, pero necesitaba mantener la sensatez.
Junto con una voz extraña
y el hecho de que me llamó dama, definitivamente no era de por aquÃ.
Al notar las punteras brillantes de sus zapatos de vestir, estoy bastante
seguro de que debe provenir de una familia adinerada.
Empezar con el pie
izquierdo con alguien como él definitivamente causarÃa algunos problemas.
Con mi propia apariencia sombrÃa, habrÃa sido un grave error enredarme con
alguien como él, pero con la belleza de Judith, no tuvo ningún problema en
hacerlo.
0 Comentarios