Capitulo 2: Mujeres a sus pies.
Normalmente no estaban en términos amistosos para sentarse cara a cara y tomar té como ahora. Aunque el té que estaba tomando ahora era dulce, Viola sintió como si estuviera bebiendo una medicina amarga. El hecho de que la Reina la hubiera buscado significaba que ella era, o al menos por ahora, alguien a quien la Reina necesitaba.
- He decidido aceptar la decisión de Su Majestad.
Viola permaneció en silencio, esperando a que la mujer mayor expresara su punto.
- No me siento bien por eso, incluso si no eres mi hija.
Aunque eso fue lo que dijo, las palabras de la Reina quedaron veladas. Su tono significaba que solo le importaba porque era vergonzoso que el Reino enviara un rehén en primer lugar.
Viola estudió su expresión y sintió el aura escalofriante que emanaba.
- Entrarás como candidata a Princesa Heredera, pero en realidad serás una concubina. Sin embargo, no se preocupe demasiado porque probablemente nunca tendrá que quitarse la faja.
- ¿Qué quieres decir?.- Viola estaba confundida.
- Literalmente lo que dije. A diferencia de su Emperador actual, el Principe Heredero dice que no le interesan las mujeres.- ella respondió rotundamente.
- Cuando dices que el Emperador no es como el Principe Heredero ....
- El Emperador es un coqueto inigualable en este mundo. El número de mujeres por las que ha pasado es demasiado para contarlo. Sin embargo, ninguna de las princesas que fueron enviadas como rehenes se convirtió en Emperatriz. Al final, se casó con la hija de un noble de su propio Imperio.
El Emperador convirtiendo a un noble de su Imperio en Emperatriz, lo que implicaba que las princesas enviadas de los otros paises no eran más que esclavas sexuales para él. Un Imperio que comenzó como una tribu salvaje ... Una imagen cruzó por su mente.
Era una pintura del Imperio Arpen que mostraba a las tropas montando a caballo en un gran campo. Llevaban alabardas con banderas, que marcaban su cuerpo. Sosteniendo el frente, sus soldados de infanterÃa usaban cota de malla y estaban armados con espadas largas y escudos de torre. Incluso más que eso, tenÃan lobos alrededor protegiéndolos .... Todas estas cosas juntas los convertÃan en una unidad enorme.
El hombre que habÃa estado al frente de las tropas era el infame Emperador de Sangre. Aunque era solo una pintura, el carisma que rezumaba de él era vertiginoso.
Si uno leyera la historia completa del Imperio Arpen, descubrirÃa que el Imperio nunca debe ser subestimado. Viola tuvo que ocultar su identidad si querÃa entrar y sobrevivir en el Palacio.
- Lo que quieren no es una Emperatriz. Más bien, quieren insultar a las Princesas de cada paÃs. El hecho de que el Imperio Arpen nació de una tribu salvaje ... Quieren aplastar el orgullo de nuestro Reino y ejercer su superioridad.
- Yo también pienso lo mismo.
Viola no pudo encontrar una razón particular para pensar asÃ, pero también habÃa llegado a esa conclusión. Esto se debió a que el Imperio Arpen, a diferencia de otros paÃses que contaban con historias milenarias, comenzó su reinado hace solo 200 años. No tenÃan la historia para demostrar su legitimidad como Familia Real, y se sabÃa que deambulaban en grupos como bestias.
- Sin embargo, lo más extraño es que todas las Princesas rehenes llegaron a amar al Emperador. ¿Tú sabÃas sobre esto?
- Esa es....
"¿Terminaron enamorados?" La Reina acaba de decir que todas las Princesas que fueron enviadas como rehenes terminaron amando al Emperador. Viola no pudo comprender sus palabras. "¡Era inverosÃmil!"
- Es porque el rostro del Emperador es tan magnÃfico que una vez que lo ves, nunca puedes olvidarlo. La razón por la que, de las diez Princesas enviadas allÃ, todas querÃan ser sus concubinas por su apariencia. No es difÃcil para él agarrar sus corazones sin ningún esfuerzo.- la Reina sonrió, sin embargo no transmitÃa calidez.- Llegan a amarlo incluso si él no las tienta. Dijeron que al principio pensaron que era opresivo, pero de todos modos terminaron queriendolo. Incluso si vas allÃ, prepárate para que también termines convirtiéndote en su mujer. Por supuesto, no hay ninguna ley que diga que terminarás igual, ¿verdad?
- Yo no.- Viola respondió con firmeza sin perder el ritmo.
La risa de la Reina resonó con fuerza. No querÃa que Viola volviera, querÃa que se convirtiera en la concubina real del Principe Heredero o en una esclava sexual. La Reina también habÃa sonreÃdo asà en el funeral de Edward. No le caÃan lágrimas de los ojos, a pesar de que el único principe del Reino habÃa muerto tan miserablemente.
Viola apretó firmemente el dobladillo de su vestido. De alguna manera, encontrarÃa la manera de terminar su entrenamiento y regresar a salvo para convertirse en la Reina de este Reino. No olvidarÃa quién les habÃa hecho daño a ella y a Edward, y para hacer eso, poseer la fuerza mental era muy importante.
Un corazón que no se conmoverá pase lo que pase...
- Su Majestad le dirá su misión por separado, pero hay algo que necesito que haga también.- la Reina finalmente declaró sus demandas.
- Digame.
- Tan pronto como llegues al Palacio Imperial, quiero que encuentres noticias sobre Guinev, la Princesa de Farus, y me envies a alguien con la noticia.
- Si es la Princesa Guinev, se refiere a ....
- Oh, ¿la has visto antes?
En realidad, Viola habia vivido dentro del Palacio Real durante algún tiempo antes de que su madre muriera. Si era Guinev, Viola recordaba haberla visto una vez antes de que ella y Edward fueran echados al bosque. Si sus recuerdos eran correctos, Guinev era la sobrina de la Reina. HabÃa escuchado que perdieron el contacto con ella después de que ingresó al Palacio Imperial como candidata a Princesa Heredera.
- Escuché que el cadáver del caballero que acompañaba a Guinev llegó hace diez dÃas sin ninguna pista de lo que le habÃa sucedido ... pero me queda claro lo que sucedÃo sin haberlo presenciado yo misma.
Los ojos de la Reina estaban húmedos, parecá muy preocupada por la niña, a diferencia de cuando despidió a Viola. En ese entonces, ella habia sido como una espina al costado de la Reina.
- Las tribus salvajes piensan en las princesas como esclavas sexuales ... Aunque dicen que su Principe no está interesado en las mujeres, estoy seguro de que empujó a Guinev a un rincón y la atraparon tratando de escapar. Puedes hacer lo que te pido, ¿verdad?
- Si.- Viola respondió sin tono.
Ante su indiferencia, la voz de la Reina adquirió un tono insensible.
- No pienses en buscarla a medias solo porque no comparte sangre contigo. Usted tiene que encontrarla.
- Por supuesto ... tengo una condición.
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